El Martín Carpena se convierte a partir de este martes en el epicentro del tenis mundial. A 5.300 km de Qatar, donde la Copa del Mundo de fútbol absorbe la atención deportiva universal, un exclusivo grupo de ocho selecciones de apenas cinco jugadores disputarán desde el martes en Málaga otro título mundial mucho más antiguo que aquel, el de tenis por equipos, y coronará al campeón con una vieja ensaladera de plata conocida como la Copa Davis.

La pieza más cara de la vajilla espera dueño en una fase final inaugurada directamente con los cruces de cuartos, que enviarán a casa sin contemplaciones a los perdedores de los enfrentamientos Australia-Países Bajos (martes), España-Croacia (miércoles), Estados Unidos-Italia y Alemania-Canadá (jueves).

Primeras raquetas del circuito como el canadiense Felix Auger-Aliassime, con un final de temporada espléndido (sexto del mundo, tres títulos en octubre, semifinales en París y clasificado para las finales ATP), y el estadounidense Taylor Fritz (9º ATP, semifinalista en Turín) actuarán de reclamo para una competición que, sin embargo, llega muy devaluada por las bajas. La magia de esta competición, que ha deparado algunos de los momentos más memorables de la historia del tenis, debe actuar de contrapeso.

España no contará con los números 1 y 2 de la clasificación mundial, Carlos Alcaraz y Rafael Nadal, el primero por lesión, el segundo por decisión propia. Alexander Zverev no estará con Alemania, ni Jannik Sinner ni Matteo Berrettini con Italia, ni Nick Kyrgios con Australia.

Para esta final a ocho no se clasificaron ni la Serbia de Novak Djokovic ni la Gran Bretaña de Cameron Norrie.

Y a todo ello se suma que el último campeón, Rusia, no puede defender la corona por las sanciones que pesan sobre su país por la invasión de Ucrania. Una circunstancia sorprendente toda vez que los jugadores rusos sí compiten en el circuito profesional, aunque sea sin su bandera, y de hecho Daniil Medvedev Andrei Rublev acaban de disputar las finales ATP y el segundo alcanzó las semifinales. Rusia fue el único país con dos representantes en esa Copa de Maestros.

Pese a las bajas de Alcaraz y Nadal, y ayudado por la condición de local, el equipo español aspira a levantar su séptima ensaladera apoyado en la sobrada experiencia de Pablo Carreño Roberto Bautista, que ya fueron campeones en 2019, como el doblista Marcel Granollers.

El capitán Sergi Bruguera llamó asimismo a Albert Ramos y a Pedro Martínez para completar una selección que tendrá el miércoles un reto de primer orden ante Croacia.

Los croatas han ganado la ensaladera dos veces, la primera en 2005 y la segunda en 2018, aún con el formato de partidos en casa/fuera, pero han jugado tres de las últimas cinco finales: 2016, 2018 y 2021. En ausencia de los rusos, se les puede considerar oficiosamente los defensores del título.

Marin Cilic, Borna Coric y Borna Gojo son sus bazas individuales, a los que se une una pareja de dobles temible y que nunca caduca, la que forman Mate Pavic y Nikola Mektic. Este domingo se proclamaron subcampeones de las finales ATP.

Australia, con Alex de Miñaur, y Países Bajos, con un Botic van de Zandschulp impecable en la fase de grupos previa a estas finales, abrirán fuego el martes en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, sede de todos los partidos -superficie dura-. El ganador se las verá en semifinales con el vencedor del España-Croacia.

El jueves se decidirán los otros partidos de cuartos, Italia-Estados Unidos y Alemania-Canadá.

Los italianos, la mejor cantera del tenis masculino actual, echarán de menos a Jannik Sinner, lesionado, para poner freno a Taylor Fritz, crecido pero quizás también cansado tras su participación en las finales ATP.

Al semifinalista de la Copa de Maestros le secundarán Frances Tiafoe, Tommy Paul y Jack Sock, en busca de un título que no ganan desde 2007. Suman 32, más que ningún otro equipo, desde la edición inaugural de 1900.

Filippo Volandri se estrena esta temporada como capitán italiano y mantiene la confianza en Fabio Fognini, un fijo en el equipo desde 2008, y apuesta también por los prometedores Lorenzo Sonego Lorenzo Musetti, de 20 años, a quien se le comienza a comparar con Roger Federer por ese juego ‘fácil’ que triunfa en las situaciones más comprometidas.

Matteo Berrettini anunció a última hora su baja por una dolencia en el pie izquierdo y Volandri no llamará a nadie para suplirle.

Canadá puede ganar su primera Davis si Auger-Aliassime hace punto y aparte con su discreta actuación en Turín, retoma su buen momento y contagia su seguridad a sus compañeros Denis Shapovalov Vasek Pospisil. Su primer obstáculo será una selección alemana que, sin Zverev, no tiene a ningún jugador entre los 60 primeros de mundo. Oscar Otte, 65, debutante esta temporada en la Davis, debe asumir el liderato en estas condiciones.

Todos los enfrentamientos constarán de dos partidos individuales y, solo si es necesario, uno de dobles, al mejor de tres sets y con tiebreak.

El primer partido individual pondrá cara a cara a los dos jugadores con menor ránking entre los elegidos por el capitán; el segundo, a los números uno de cada formación.

Los dos equipos finalistas accederán de forma automática a las finales de 2023 y el resto tendrá que jugar la ronda clasificatoria.