La Opinión de Zamora

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Baloncesto

El CB Zamora Enamora cae de nuevo ante un gran rival

Tizona Burgos siempre controló el partido frente a un equipo zamorano que puso todo de su parte

Mario Álvarez

El CB Zamora Enamora sabía que el partido contra Tizona no era de su liga, y menos con la precariedad de efectivos con que cuenta actualmente. La superioridad burgalesa fue clara en todo momento pero el Zamora Enamora nunca bajó la guardia y buscó la victoria con convencimiento hasta que las diferencias en el marcador hacían ya imposible cualquier esfuerzo (62-86).

Poco a poco Saulo Hernández va conformando su equipo pese a que sigan sin llegar los ansiados refuerzos. Además Stilma parece haber recuperado definitivamente su forma tras estar lesionado durante mucho tiempo, y Green, que era duda hasta última hora, salió incluso como titular para jugar contra el equipo que les había derrotado de forma inmisericorde quince días antes en la final de la Copa Castila y León. Tizona volvió a demostrar que es un equipo hecho para ascender y el Zamora Enamora que es un equipo que todavía no está hecho para afrontar con garantías la Liga.

Tal vez se las prometieran felices los burgaleses pensando que se encontrarían al mismo rival de la Copa pero no fue así, al menos en el primer tramo del partido que resultó muy equilibrado en el marcador. Saulo Hernández optó por Hustak como center para cubrir una zona en la que el Tizona se encuentra muy reforzado. Y en el perímetro, salieron muy motivados tanto Kalinicenko como Green. 

Y tras cuatro minutos de dominio en el marcador del equipo burgalés, el Zamora Enamora tomaba la delantera con 12-10 y se mantuvo a tiro con el 17-21 que cerraba el primer cuarto.

Saulo cambió por completo el equipo inicial que había saltado a la cancha en el primer cuarto y esta vez el partido se enfrió bastante con dos rivales desacertados y las defensas dominando sobre los ataques. El partido entró en una tónica de intercambio de triples, y Saulo Hernández quiso parar el juego con un tiempo muerto para recomponer a un equipo que estaba acusando ya el esfuerzo físico de frenar a un rival con muchos más centímetros en la zona, más rotaciones y también mucha experiencia.

Pero Burgos siguió a lo suyo y con dos canastas de tres puntos se escapaba en el marcador a diez puntos 26-36 en el momento en el que Diego Ocampo pedía un tiempo muerto. Respondió Saulo Hernández con otro tiempo para preparar la jugada final de la primera parte con 30 segundos por delante. 

Salió concentrado el Zamora Enamora en la segunda parte e incluso robó la primera posesión a su rival, pero Burgos no bajaba la guardia y Suley no era capaz de hacer daño dentro de la zona.

El partido a medida que Burgos se iba destacando, se calentaba en la grada que no compartía casi ninguna de las sanciones de la pareja arbitral. Porque la intensidad era enorme entre dos equipos a los que parecía sobrarles las fuerzas pero el marcador señalaba ya 29-48 y quedaban todavía quince minutos de juego en los que hubo de todo: discusiones con los árbitros, antideportivas, mucho tiempo de balón parado...

Era muy complicada la remontada porque Cuevas volvía a acertar con dos triples; Saulo tenía que dar oxígeno a sus jugadores con un tiempo muerto y el marcador en 35-53. Daba la impresión de que, aunque estuvieran jugando seis horas, la remontada del Zamora era imposible porque Cuevas volvía a ver aro y cerraba el tercer cuarto con 42-63.

Estaba todo dicho y el partido bajó ya su nivel de intensidad en el último parcial. El objetivo ya para los zamoranos no era otro que encajar una derrota digna y por ello, no bajaron la guardia hasta el final.

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