El River Zamora está siendo protagonista de la actualidad provincial del fútbol sala por motivos lejanos a los que acostumbra, ya que está en boca de todos el altercado en el que varios de sus jugadores y dirigentes se vieron envueltos el pasado día 10 de septiembre en el pabellón Manuel Camba. Un suceso del que, convenientemente, se ha filtrado la resolución alcanzada por el Comité de Competición para castigar a los involucrados parte blanquinegra en un grave problema que parece lejos de solucionarse.

Un dirigente inhabilitado por un mes y cuatro jugadores sancionados por varios encuentros (así como multas económicas que deberá pagar el club) ha sido el castigo impuesto por el River Zamora tras lo acontecido en el partido amistoso que la escuadra sénior masculina de esta entidad disputó frente al Grupo Deportivo Macedense.

Al parecer, el altercado arrancó cuando uno de los jugadores del equipo zamorano fue expulsado del terreno de juego y se dirigió a la grada. Allí, según reza la resolución, “jugados y aficionados del equipo local fueron a increpar y agredir a un responsable del CTA Zamora”. Un grave incidente que obligó a la suspensión del encuentro cuando restaban por jugarse poco más de diez minutos.

El documento señala que el expulsado indicó al responsable del Comité Técnico de Árbitros “más vale que enseñes al árbitro a separar lo que pasa en la calle con lo que pasa en el partido” “golpeándole en el hombro”. Y la respuesta, que no se detalla en este texto, llevó a que “la mayoría del público asistente (padres, madres, novias de algún jugador), un directivo" y varios jugadores que estaban en el terreno de juego fueran “en masa y en tono muy agresivo para intentar agredir al directivo” del CTA zamorano.

La situación, calificada como “impresionantemente peligrosa” se ha intentado atajar en privado por los protagonistas durante los últimos días en un proceso que no ha llegado a buen término, incluso con el River Zamora publicando un comunicado al respecto repudiando este tipo de comportamientos. De hecho, el texto parece haber enquistado aún más la relación entre club y comité arbitral, afectando directamente a los partidos del club blanquinegro desde esa fecha, incluidos a los de sus categorías inferiores.