La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Balonmano

Iñaki Gómez: “El Balonmano Zamora volverá a Asobal”

“Poner un punto y final de una forma tan abrupta a mi carrera deportiva fue doloroso y me costó digerirlo”

Iñaki Gómez, presidente del BM Zamora. | | J. L. F.

Cofundador del club, jugador, directivo… y desde hace unos meses presidente. Pocas cosas le quedan por hacer a Iñaki Gómez en el Balonmano Zamora, aunque ganas le sobran en esta nueva etapa al frente de la entidad que él califica de “transición” hasta las próximas elecciones de 2024. Su gran objetivo es que el BM Zamora siga creciendo desde la base y tenga futuro con una estructura sólida que les otorgue esa estabilidad de la que siempre han podido hacer gala, tanto social como económicamente. El primer equipo inicia hoy una nueva temporada y el máximo responsable de los pistacho tiene claro que no será fácil, pero también afirma con rotundidad que algún día se volverá a Asobal.

–¿Cómo han sido estos primeros meses en la Presidencia?

–La Presidencia del club es algo que, este caso, tocaba porque José Antonio Quintana estaba cansado, y con razón, después de tantos años. Para mí, y así lo dije en la asamblea de socios, el único objetivo es que perdure porque ha sido un gran esfuerzo llegar hasta aquí. Tenemos una estructura importante y entendía que me toca a mí postularme para hacer este periodo de transición. No tengo objetivo de perdurar en el cargo, sino conseguir que haya una transición ordenada y que en la próxima convocatoria de elecciones, en 2024, venga otro presidente y que asuma el cargo.

–Entendió el paso hacia adelante como natural, ¿no piensa seguir dentro de dos años?

–No lo sé, pero mi idea es esa, que haya una transición. No creo que haya que perdurar en este tipo de puestos porque genera cargas, esfuerzo y mucho trabajo. Nosotros ampliamos la directiva, éramos diez y ahora somos 20.

–Siguen pesos pesados como Arcel, Octavio, Fernando…

–Estamos los que estábamos y hemos incorporado caras nuevas, muchas mujeres que no había antes. Intentamos atender todas las sensibilidades que hay en la familia del Balonmano Zamora, que es muy amplia, y que todo el mundo vea lo que conlleva. Antes lo hacíamos entre cuatro o cinco, luego entre diez, y ahora entre veinte. Sigue siendo una cantidad ingente de trabajo altruista y tratamos de ordenar un poco todo para que no sea tan gravoso a efectos personales. Para mí hacer todo el trabajo que hacía en el club, que era mucho como el de Quintana, o como es el de Arcel y otros directivos, tenía por otro lado la satisfacción de que yo jugaba, y me costaba menos hacerlo.

–¿Es muy distinto estar en la pista que en el palco?

–Totalmente. Yo tenía ese trabajo, pero luego estaba la satisfacción de saltar al campo con la camiseta, estar con los compañeros, con los amigos y ver cómo crecen y evolucionan, como jugadores y profesionales. Cuando esa parte se acaba después de 19 años es difícil hacer todo lo demás. Yo dije un domingo que iba a dejar de jugar, pero quedaban diez partidos por delante para hacer una despedida ordenada. Fui el martes a entrenar, pero ya el miércoles se suspendieron los entrenamientos por la pandemia, después se suspendió la temporada y acabó mi carrera deportiva, no volví a tocar un balón. Ordenar todo eso, sin ordenar la despedida para mí fue complejo. El año siguiente para mí fue muy duro por el tema de las restricciones, y no encontraba mi sitio. Al final, cuando Quintana decidió dar un paso al lado, pensé que yo podía asumir este papel de forma interina, dejar todo ordenado y en 2024 habrá que valorar dónde estamos y cómo estamos para buscar la fórmula de que esto perdure, que es el objetivo.

–¿Le costó mucho colgar las botas?

–Sí. Entiendo que son periodos vitales, pero cuesta dejarlo. Durante muchos años he tenido diferentes responsabilidades profesionales y cuando el club iba creciendo yo, igual que otros compañeros como es el caso de Octavio o Jortos, entre otros, aparté mi carrera profesional por dedicarme más a esto. Yo dejé mi empresa, me dediqué más a la universidad y me centré en un gran porcentaje de mi vida al balonmano. Apartar todo eso, poner un punto y final a mi época de jugador de una forma tan abrupta, para mí fue doloroso, y me ha costado digerirlo.

–A título profesional hubo sacrificios, ¿también en lo personal?

–Muchos. Este tipo de cargos, sin el apoyo de la familia, son imposibles. Los de casa, mi mujer Ana y mi hijo Bruno, mis padres, mi hermano, mis suegros... nos han ayudado en todo porque si no a efectos de conciliación con la parte profesional es imposible. Pero fueron tantas las satisfacciones y el orgullo de saltar cada fin de semana con la camiseta de tu equipo que mereció la pena.

Iñaki Gómez, presidente del BM Zamora, en el Campus Viriato. | | J. L. F.

–19 años. Ha sido testigo y protagonista de todo lo vivido.

–Empezamos en el año 2001, y esta es la temporada 22 del primer equipo. Yo he formado parte activa durante 19 años, y esta es la tercera temporada que no estoy en el campo. He querido ser poco protagonista, pero sí he tenido una parte activa importante. Nunca he querido ser el capitán, aunque sí he llevado el brazalete en alguna ocasión. Quizá era de una forma más intrínseca dentro del vestuario.

"Me quedo con el ascenso a Plata porque fue el que cambió completamente el club. Fue un punto de inflexión"

decoration

–¿Fue el ascenso a Asobal su mejor momento como jugador?

–No, creo que deportivamente me quedo con el ascenso a Plata. Subimos en el año 2013 en Soria. El año anterior por un gol no disputamos la fase de ascenso, empatamos en Porriño, pero las cosas llegan cuando llegan y quizá ese año no estábamos preparados todavía. Cuando no consigues algo por poco, queda ese poso que también le decimos a los niños: cuando no se gana, se aprende. Nosotros tuvimos varios momentos clave, y para mí deportivamente creo que es ese. Hubo otra fase anterior en el Camba, que se llenó con un ambientazo, pero llegaron unos tíos de Almería y nos ganaron y lloramos mucho. Esa derrota hizo que el año siguiente subiéramos en Vigo. Después, el no clasificarnos para la fase en 2012, hizo que el año siguiente fuera increíble, y fuéramos a Soria en un fin de semana mágico. Deportivamente fuimos todos protagonistas, y me quedo con ese momento porque fue un triunfo grupal. Luego el ascenso a Asobal, que también fue mágico; el descenso a Plata con la gente aplaudiendo cinco minutos en el Ángel Nieto que fue también muy grato… jugar las siguientes fases de ascenso. Son momentos muy gratos, pero me quedo con el ascenso a Plata porque fue el que cambió completamente el club. Fue un punto de inflexión.

–Llega este año a la Presidencia y le ha toca sufrir.

–Mucho. A veces les digo a los chicos que algunos no son conscientes de lo que cuesta ascender. Los que somos más veteranos sabemos que nos costó 8 años subir a Primera Nacional, otros cuatro años a Plata… Hay gente en Zamora que cree que esto es casualidad, pero hay mucho trabajo detrás.

–¿Uno de los secretos era que formaban una familia?

–Era un grupo humano muy compacto, con los roles muy claros y con una necesidad clara de aprender, y en eso sí se parecía a una familia. Es algo que tenemos que inculcar a las nuevas generaciones, insistiendo en el respeto en el deporte, el compañerismo, la deportividad y así se lo tratamos de transmitir también a las familias. También les digo que nunca sabes cuándo va a ser la última vez. Me pasó a mí porque no tuve la ocasión de despedirme, y no sabes cuando va a ser el último día que vas a jugar, por lo que tienen que vivir y disfrutar el momento. Que aprovechen cada sábado la oportunidad de salir al Ángel Nieto y que lo hagan sin miedo. A veces hay un exceso de responsabilidad y no, es una suerte enorme saltar al campo cada sábado.

Iñaki Gómez, en pleno partido JOSE LUIS FERNANDEZ

–Una de las primeras decisiones fue la renovación de Iván López, cuando no se había conseguido la permanencia.

–Creo que fue antes de que yo fuera presidente, pero estaba ahí. Nos gusta que los proyectos tengan continuidad y que no haya estridencias, ni ruido alrededor. En la directiva entendíamos que Iván era una persona que se adaptaba a nuestra idea del deporte, con un gen competitivo, pero también social, que es que haya muchos niños que jueguen a balonmano y que perdure el proyecto. Me encanta ver cómo los canteranos evolucionan y están juntos. Pasa también en el primer equipo, cuando vienen jóvenes y los arropas, tratas de enseñarles cosas y ves como ellos van evolucionando y gestando sus carreras profesionales. Gente que, a lo mejor, no lo tenía tan claro continúa el camino de los estudios o trabajo y eso una parte fundamental de lo que hacemos y me siento muy orgulloso.

–Volviendo al primer equipo, ¿cuál es el objetivo real?

–Es un año muy complejo en lo deportivo. Las matemáticas no ayudan mucho porque hoy, sin que haya empezado la Liga, el porcentaje para descender es del 28%, hay 18 equipos y bajan 5. Pero, de los 9 equipos que estamos en el grupo, cuatro van para arriba, y debemos agarrarnos a eso. El año pasado pasamos muchos apuros, y hubo dos días clave, Córdoba y Ciudad Real, que con el corazón del equipo y la grada pudimos salvar. Intentemos aferrarnos al máximo a la categoría en la primera fase.

–¿Cómo describe a la plantilla de este año?

–Con continuidad, aunque se han hecho retoques buscando también un equilibrio en lo humano. Gente joven, combinada con los veteranísimos: Fer, Jortos, Guille… otros que van siendo veteranos como Jaime, Raúl o Cubillas.

–¿Cree que la gente sigue identificada con el equipo como antes?

–Nuestro lema es “el Corazón de Zamora”, y lleva algo intrínseco. Si tú en Zamora quieres ver jugar a tu amigo, primo, tío, vecino… están aquí. En otras disciplinas, que no digo que sea bueno o malo, se trae gente de fuera, cada año a unos y se hace un equipo, pero nosotros tenemos otro esquema. La gente se sigue identificando con nosotros en la medida de que diez de los jugadores de la primera plantilla son zamoranos, además de que hay auténticos líderes.

–¿Hay capacidad de estar en Asobal?

–Este año sería un sueño, pero por estructura sí. Tenemos 20 trabajadores dados de alta, somos un club, pero como una pequeña empresa. Por economía tendríamos que hablar otras cosas, pero por estructura sí. Deportivamente hay que ser realistas y la evolución tiene que ser más hacia el futuro, pero sí creo que el Balonmano Zamora volverá a Asobal en algún momento. Este año sería un sueño porque hay equipos muy potentes y nosotros debemos luchar por salvarnos lo antes posible.

"La cantera goza de una salud inigualable. Podemos llegar a los 600 jugadores"

decoration

–¿Cómo está la cantera?

–La cantera goza de una salud inigualable. Sabemos que tenemos que tener un número de jugadores importantes para poder después trabajar en la calidad. Los años de pandemia hubo incertidumbre, pero este año vamos a rondar los 600 jugadores. El año pasado fueron 180 federados y 357 escolares, y creo que podemos rondar los 600.

–También están presentes en pueblos.

–De algún modo hemos convencido a las instituciones de que nuestro modelo funciona. Lo hacíamos en los coles y la Diputación creyó que era posible en los pueblos. Lo hemos tenido, y lo vamos a seguir teniendo en Morales, Moraleja y Tábara, y queremos implementarlo en más. La respuesta en la provincia es aún mejor que en la capital, espectacular.

–¿Cómo está la “pata” de la masa social?

–Pasando los estragos de la pandemia. El primer año postcovid pusimos un precio testimonial, y el año pasado volvimos al sistema habitual, pero seguía faltando gente. Ahora hemos superado el 50% del presupuesto, tenemos sobre 400 y queda una semana para el debut en casa y soy optimista.

–¿Cómo están las relaciones institucionales?

–Bien con todas. Lo que digo es que la Diputación cree y apuesta por el deporte, y a nosotros nos lo demuestra. El Ayuntamiento tiene otra línea de actuación. Es verdad que al incrementar esta parte de los juegos escolares nos ayuda, y también con instalaciones que pone a nuestra disposición, y que pagamos, pero pienso que el Ayuntamiento no cree mucho en el deporte. No aumenta los presupuestos de forma considerable, ni dedica al deporte los remanentes que pueda tener. La Junta ha estado durante años con una aportación nula, en Asobal nos daba 8.000 euros, y en otras comunidades daban 200.000. Este año, la Junta, aunque sigue con el Programa Cantera, donde las cifras son parejas, han sacado un programa desde Presidencia “Castilla y León nos Impulsa” que a los clubes esperamos que nos meta y aumenta la aportación. La relación con todos es buena porque nos atienden y nos escuchan, y hay que estar agradecido pero la Diputación aporta más que el resto.

–¿Cree que las subvenciones que recibe el Balonmano Zamora son justas?

–No. Estamos contentos con lo que nos da la Diputación, pero la partida de la Junta me parece muy escasa porque somos una de las canteras más numerosas de Castilla y León, y no nos sentimos bien tratados. Además, no me gusta el trato que nos da el Ayuntamiento de Zamora porque creo que es un formato en sistema competitivo con el resto, pero la subvención en las bases dice que se apuesta por los clubes que tienen una política social y una cantera importante, pero en los baremos no se ve reflejado. Yo tengo diez jugadores zamoranos en la primera plantilla y los presento, pero hay otros clubes, de baloncesto femenino por ejemplo, que he visto a una o dos chicas y se les da puntuación por doce jugadoras de Zamora empadronadas durante más de cinco años. Eso son trampas.

–¿Y eso cómo puede ser?

–Ves el baremo y puntúan doce jugadoras porque las juveniles pueden jugar todas y la Federación lo certifica. Pero la norma dice que jueguen en el primer equipo, y la forma de ver si juegan es en las actas, y todo el mundo sabe que no están. Si hacen las subvenciones para premiar que la gente de Zamora juegue en el primer equipo y luego hay clubes que no creen en eso y tienen más puntos que yo, no puedo estar satisfecho. Estás premiando la trampa, y la norma dice que jueguen en el primer equipo de la entidad. Enseñar a un chico desde los 6 años, ponerle a jugar aunque se equivoque muchas veces, y que llegue a la primera plantilla es más complejo a que hoy venga una noruega, mañana una rumana o una estadounidense. Tampoco me gusta que den dinero público a clubes que no hagan asambleas y no sean transparentes con lo que hacen. Es importante que la gente sepa dónde va su dinero.

–¿Se necesitan en Zamora más infraestructuras?

–A nivel diario creo que no. Nosotros el Ángel Nieto lo llenamos tres veces años y en pocos partidos se ha quedado gente fuera. Pero ¿qué pasa si el CB Zamora sube a la máxima categoría? No podrían jugar, y sería una pena. ¿Si quiero traer la Copa del Rey de Balonmano? No tenemos capacidad para grandes eventos, que sí tenemos el aspecto hotelero o de voluntariado. No digo algo megalómano, sino algo de 4.000 espectadores que tuviera otras salidas de multiusos familiar. El Ángel Nieto sería para el día a día y los clubes más importantes en ese pabellón.

–También entró en política en las listas del PSOE, ¿va a repetir?

–Yo intento separar mucho, cosa que no todo el mundo hace. El otro día recibí un premio de manos de Guarido y, aunque es evidente que no lo voté, es un orgullo recibir un premio para el club de manos del alcalde de mi ciudad. Hay personas que no entienden que diga que la Diputación lo está haciendo bien en materia deportiva o que me tome un café con el diputado, o con el concejal. Para mí es importante saber separar, y nunca he tenido problemas. En la faceta deportiva soy el presidente del club, y es una cosa en mi tiempo libre, tengo dos trabajos y tengo un cargo orgánico en el partido socialista. Soy capaz de separar todo. Sobre lo que me preguntas, fui con Antidio Fagúndez porque me lo pidió. Yo no voy a presentar candidatura en las Primarias del partido, pero si el candidato o candidata me pide que le acompañe lo haré encantado.

Compartir el artículo

stats