Los Campeonatos de Europa de atletismo de Múnich dejaron grandes momentos para la historia y fueron el reflejo del buen momento que atraviesa el atletismo español, que regresa de la ciudad alemana con un botín de diez metales, 27 finalistas y un tercer puesto en el medallero general, un resultado que, en números, es el mejor desde Barcelona 2010.

"Estos Europeos son un desafío. El reto es superar las diez medallas y los 26 puestos de finalistas de Berlín 2018. Queremos acabar entre los cinco primeros en la clasificación de la tabla de puntos". Ese era el objetivo marcado por la Real Federación Española de Atletismo antes de viajar a Múnich, según dijo a EFE su presidente, Raúl Chapado. Los números reflejan que el campeonato continental de Múnich ha sido bueno para España tanto en medallas, finalistas y el tercer puesto en el medallero general que lideró Alemania. Solo en Múnich 2002, con 15 medallas y seis oros, y Goteborg 2006, con 11 metales, subieron más españoles al podio.

En cuanto a la clasificación por puntos, España terminó en cuarta posición con 132, únicamente por detrás de Alemania, Gran Bretaña e Italia. Se trata del mejor resultado desde los 28 finalistas de Barcelona 2010 y el cuarto mejor en la historia.

"El balance es muy positivo. Lo que más me gusta es lo que venimos arrastrando de estos últimos años, que es el altísimo nivel de competitividad que tienen los atletas. Lo que menos, nada. Lógicamente hemos tenido algún rendimiento que ha estado por debajo de lo esperado, pero eso estadísticamente es normal. No hay nada que me haya decepcionado profundamente", valoró el seleccionador José Peiró.

Los medallistas

El maratón y la marcha volvieron a ser disciplinas de grandes alegrías para la delegación española.

Por sexta vez en unos Europeos, España se subió al podio de los 42.195 metros y, en esta ocasión, lo hizo por partida doble, como en Berlín 2018. El equipo femenino, compuesto por Marta Galimany, Elena Loyo, Irene Pelayo y Laura Méndez, se colgó la plata y el masculino, formado por Ayad Lamdassem, Dani Mateo, Abdelaziz Merzougui, Yago Rojo y Jorge Blanco, el bronce.

La marcha también contribuyó con cuatro medallas. Dos oros de Miguel Ángel López (35 km) y Álvaro Martín (20), una plata de Raquel González (35) y un bronce de Diego García Carrera (20) demostraron el buen nivel de luna disciplina que, desde la primera medalla en Praga 1978, ha dado veintidós metales en campeonatos continentales.

Mariano García, tras el oro mundial bajo techo de Belgrado en marzo, volvió a subirse a lo más alto del podio en 800, en esta ocasión en un Europeo al aire libre. El murciano, con 1:44.85, su mejor marca personal, demostró la confianza y el buen momento que vive para liderar una carrera muy rápida y ganar al británico Jake Wightman, campeón del mundo de 1.500.

También subió a lo más alto del podio el navarro Asier Martínez, que, a sus 22 años, se llevó un oro con suspense en los 110 metros vallas al hacerlo por tan solo una milésima. Es el colofón a una temporada en la que también celebró un bronce en el Mundial de Eugene, igual que Mohammed Katir, que acaba el verano con doblete y fue el único que trató de tú a tú en los 5.000 metros al todopoderoso noruego Jakob Ingebrigtsen, que colecciona títulos. La actitud y el nivel que demostró en Múnich, si sigue con esa progresión, le augura al murciano un buen futuro.

Contra Ingebrigtsen también se enfrentó el salmantino Mario García Romo, que se colgó un bronce en los 1.500, un éxito enorme, igual que su cuarto puesto en el Mundial de Eugene. Su obsesión a medio plazo es ganar al noruego. "Para convertirte en leyenda tienes que ganar a las leyendas", confiesa.

A un paso del podio

Otra atleta que demostró un salto grande en este Europeo fue la barcelonesa Sara Gallego, que, a sus 21 años, finalizó cuarta los 400 vallas, el mejor puesto de una atleta española en un campeonato continental absoluto en esta disciplina. Su futuro es prometedor, igual que el de Pol Retamal que, en su primer Europeo, finalizó sexto en los 200 metros. También se quedaron a un paso de las medallas como cuartos los marchadores Alberto Amezcua y Manuel Bermúdez, que debutó en un campeonato continental al aire libre, y Daniel Arce en los 3.000 obstáculos.

Abonado al cuarto puesto parece Eusebio Cáceres. El saltador de longitud alicantino no llegó a los ocho metros y volvió a quedarse con la miel en los labios, como en el Mundial de Moscú 2013, el Europeo de Zúrich 2014 o el Europeo bajo techo de Glasgow en 2019. "Me jode ser tan malo" dijo tras su competición, consciente de que esta vez, con marcas no muy altas, había dejado escapar una gran oportunidad.

Los que estuvieron a punto de dar una alegría fueron dos relevos. Uno, el masculino de 4x400, compuesto por Samuel García, Lucas Búa, Oscar Husillos, Iñaki Cañal y Manuel Guijarro, hizo récord nacional y quedó cuarto, mismo puesto que el 4x100 femenino de Sonia Molina-Prados, Jäel Bestué, Paula Sevilla y Maribel Pérez, que registró el cuarto mejor tiempo de toda la historia del equipo.

Entre los atletas que no cumplieron el objetivo de al menos pelear por las medallas, y de los que se esperaba más, estuvieron la soriana Marta Pérez, que cayó en la ronda clasificatoria de 1.500 por solo siete centésimas, Adel Mechaal, decimocuarto en 5.000, Adrián Ben, penúltimo mejor tiempo de las semifinales de 800, o los lanzadores, que ninguno llegó a ser finalista.

Estrellas internacionales

Entre los grandes protagonistas europeos destacó el noruego Jakob Ingebrigtsen, que en apenas 48 horas celebró las victorias en 1.500 y 5.000 y confirmó su estatus de estrella mundial y principal rival internacional a batir en el mediofondo.

Tres veces se subió al podio para recoger tres oros la joven neerlandesa de 22 años Femke Bol, que ganó los 400, 400 vallas y el rel.evo 4x400, consiguiendo un triplete que es histórico.

Intratable se volvió a mostrar el sueco Armand Duplantis, que parece no tener oposición en el salto con pértiga. En Múnich no tuvo que emplearse a fondo para retener la corona conquistada hace cuatro años en Berlín y, con 6,06, ganó con récord del campeonato.

También tuvieron gran protagonismo el italiano Lamont Marcel Jacobs, único europeo en la semifinal del reciente Mundial de Eugene, que se convirtió en el nuevo rey de la velocidad continental junto con la estrella local, la alemana Gina Lückenkemper, que voló sobre la pista del Estadio Olímpico de Múnich para imponerse en los 100 metros lisos.