Pese al calor sofocante del verano, en algunos pueblos de Zamora todavía se pueden observar algunos jóvenes dejando de lado la tecnología para disfrutar su tiempo de ocio. Son una minoría, pero se divierten como los que más con aquellos juegos propios de la zona cuyo valor cultural les permite crear un vínculo con sus mayores. Juegos como el clavo, el bolo leonés y, como no, la calva y la rana, que han dado un salto al capítulo deportivo con su institucionalización y la celebración de campeonatos como el que reunió en Fresno de la Ribera a más de un centenar de personas a finales del pasado mes.

Los ganadores en calva posan con sus premios. | Juan y Ángel

La localidad zamorana es toda una referencia en juegos tradicionales y el amor por ellos hace de cada campeonato que alberga todo un éxito. Como la disputa de la quinta jornada de la Liga Nacional de Calva y Rana que allí se celebró el pasado día 30, en el que bajo la organización del Club de Deportes Autóctonos FresnoDuero y con la colaboración del ayuntamiento local, regresó la actividad de más nivel tras la pandemia.

Participantes de la competición de rana. | Juan y Ángel

El COVID-19 hizo mella en los deportes autóctonos pero su recuperación, por lo visto en esta cita, avanza por buen camino. Manteniendo intacta la filosofía lúdica de las diferentes prácticas, potenciando el hermanamiento con una comida entre todos los participantes y poniendo ese “picante” con competiciones ajustadas entre auténticos maestros de los juegos de antaño. Una conjunción de elementos que potencia el arraigo de la tradición a zonas como Fresno.

Ilusionados, felices y dispuestos a demostrar su destreza, todos los participantes llegados de diversos puntos de Castilla y León ofrecieron gran espectáculo en tierras zamoranas, donde no faltan deportistas con talento para ocupar en los primeros puestos de unas clasificaciones que, frente a la diversión de cada jornada, son un mero complemento. Un aliciente más para disfrutar al máximo. Como siempre, como antes.