El entrenador zamorano Aitor Llandres se ha desplazado este verano a Uganda (del 3 al 25 de julio) con una ONG y a parte de colaborar en lo que se basa su trabajo, ha desplazado a esas tierras africanas una escuela de badminton que ha resultado todo un éxito y que supone una experiencia pionera en la difusión de este deporte en el Tercer Mundo.
La Federación Española donó a este proyecto raquetas redes y volantes, y el técnico zamorano consiguió a través de las familias de los jugadores del Club Zamorano y de otros clubes, llevar una equipación a cada niño, unas zapatillas deportivas y unos calcetines.
La iniciativa se canalizó a través de Babies Uganda, una ONG que llegó a este país hace más de 10 años. Comenzó con un orfanato en una de las zonas más pobres de la capital ugandesa y ya tienen dos, un colegio con 600 alumnos, un centro médico, una clínica dental y un colegio para ciegos.
“Están haciendo una labor increíble, sustentándose principalmente del apadrinamiento desde España (gente que colabora con la cantidad que quiera)”, explicó el entrenador y jugador del Club Zamorano de Badminton.
Su voluntariado empezó el 3 de julio en Kikaya, una zona bastante pobre junto al lago Victoria, residiendo en el orfanato de la ong Kikaya House: “Mi labor era la de jugar con los niños de la casa, hacer deporte con ellos, ayudarles con los deberes, y ayudar en cualquier labor que hiciera falta, como el pintar un horno, por ejemplo, a la semana de llegar a Uganda”.
“Además, uno de mis sueños era traer el bádminton aquí y gracias a la Federación Española he podido traer raquetas, redes y volantes. También he conseguido gracias a las familias de jugadores del club (CD Bádminton Zamora), y de otros clubes como el CB Valladolid, CB Burgos entre otros facilitarles equipaciones del club -una para cada niño del orfanato, 29 en total-, un par de zapatillas deportivas y calcetines para todos ellos”.
Durate varios días desarrolló sesiones con grupos de niños del colegio de la ong Kikaya Junior School, “y les ha encantado nuestro deporte. Además he creado unos apuntes para el profesor de Educación Física y encargado del deporte en la zona, para que, con el material que voy a dejar aquí, pueda hacer bádminton cuando me vaya”.
“Creo que Zamora y el bádminton han llegado para quedarse en Kikaya (Uganda)”, concluye el entrenador palentino afincado en nuestra ciudad.
