César Azpilicueta no alzará la voz en la concentración de la selección española en Las Rozas. El jugador ha optado por un perfil mediático prudente como mejor vía para estar completamente centrado con la Roja y, al mismo tiempo, facilitar su salida del Chelsea rumbo al FC Barcelona.

El futbolista quiere evitar el ruido como camino ideal para llevar las conversaciones. El Chelsea vive días convulsos con el cambio de propiedad y la salida de Roman Abramovich para dejar paso al empresario estadounidense Todd Boehly y a su consorcio de inversores.

Azpilicueta tenía la palabra de los anteriores dirigentes de facilitar su salida después de diez temporada en el club con un comportamiento ejemplar. Es el capitán del equipo y siempre ha estado a la altura tanto a las duras como a las maduras.

El Chelsea tiene una opción de ejecutar su renovación automática por un año al haber cumplido el mínimo de partidos estipulados en el contrato. Azpilicueta ni se planteó hacer un pulso a la entidad y dejar de jugar para no llegar a este cupo de encuentros. Fue un futbolista de club y confía en que desde la entidad valoren su postura.

Mantener el pacto

La entidad londinense ahora debe pronunciarse. Azpilicueta confía en que los nuevos dueños no se descuelguen ahora con unas pretensiones económicas desmesuradas para dejarlo salir al FC Barcelona. El pacto consistía en una marcha consensuada y que no obligara a un gran esfuerzo económico al club blaugrana.

El futbolista está a la espera de la actuación de los norteamericanos. En pocos días deben comunicarle la decisión de si ejecutan su renovación por un año más, le dan la carta de libertad o pueda salir por una cantidad asumible.

Esta época de transición aún está liderada por Marina Granovskaia, directora general y mano derecha de Abramovich, con quien el jugador confía alcanzar un acuerdo y que los nuevos propietarios den el visto bueno definitivo.

Azpilicueta quiere jugar en el Barça y tener una buena salida del Chelsea que deje contentas a todas las partes. Su marcha quiere que sea igual de ejemplar que su actuación en diez años como 'blue'.