Tal y como se ha visto a Novak Djokovic en Roma, este año Roland Garros se ha puesto durísimo para cualquier otro tenista que pretenda levantar la “Copa de los Mosqueteros” -así se denomina el trofeo que se pone en juego en las pistas del Bois de Boulogne, en homenaje a los cuatro tenistas franceses: Jean Borotra, Henri Cochet, René Lacoste y Jacques Brugnon, que ganaron la Copa Davis en 1927-

Llevo toda mi vida en el tenis y, les puedo asegurar que, desde las irrupciones de Boris Becker, y con posterioridad de Rafael Nadal -Becker ganó su primer Wimbledon en 1985, con tan solo 17 años y seis meses, y Nadal su primer Roland Garros en 2005, cuando solo tenía 19 años y dos días- no ha habido otro tenista, ni siquiera Federer ni Djokovic (para mí, los más grandes, con permiso de Nadal) que haya llegado al Top Ten de la ATP de manera tan fulgurante y convincente como lo ha hecho Carlos Alcaraz.

A Alcaraz, que ya nos ha enamorado a todos por su tenis, su simpatía y, como el mismo dijera sobre la arena de la pista central de la Caja Mágica: “por haber sabido hacer lo que le dijo su abuelo”, es decir, por haber puesto en el empeño “cabeza, corazón y cojones”, ahora le toca presentar su tesis en el “Estadio Roland Garros” y ganar el que sería su primer título de Grand Slam, para conseguir doctorarse.

La prueba tiene suma dificultad porque en Paris veremos de nuevo al mejor Djokovic, que, por lo que exhibió en el “Foro Itálico”, llegará a la pista “Philippe Chatrier” con el ánimo subido de tono y los dientes superafilados para intentar ir “mordiendo” uno a uno a todos los rivales que se vaya encontrando en el camino hacía su tercer “Roland Garros”. Caso de que lo logre igualará a Nadal en la encarnizada lucha que, desde que Federer se quedara sin opciones, solo ellos dos mantienen por el liderazgo del tenis mundial, en lo que a consecución de títulos del Grand Slam se refiere.

Hasta el momento, Rafa tiene 21: 13 Roland Garros, 4 Open USA, 2 Wimbledon y 2 Open de Australia; por 20 de Novak: 9 Open de Australia, 6 Wimbledon, 3 Open USA y 2 Roland Garros.

Esperemos que Carlos, Carlitos o Charly (¡Vamos Charly! es el “grito de guerra” con el que se suele animar el fenomenal tenista murciano cada vez que gana un punto importante) pueda ser el tercero en discordia y sea quien el día 5 de junio levante el codiciado trofeo del “Abierto de Francia”.

Y si he apuntado a Novak como el primer favorito y no he dicho nada de Rafa es porque, tal y como dije hace unos días, a mi juicio, lo que debería hacer Nadal, después de como se le vio en Roma, es descansar, pues si intenta luchar de nuevo por la “Copa de los Mosqueteros” lo volveremos a ver sufrir y, yo al menos, es lo que menos deseo. ¡Ojalá me equivoque!

Nadal y Djokovic, a partir del próximo domingo, si ambos estuvieran bien, deberían ser los máximos aspirantes a seguir peleando en la pista central del estadio tenístico parisino en pos de la supremacía del tenis mundial. Mas, habiendo visto como salió Rafa de Roma, y sobre todo como está Novak, el que habrá de echar el resto si es que quiere doctorarse y “conquistar París” ha de ser Carlos Alcaraz, pues es el único que hoy por hoy puede disputarle a Novak Djokovic el triunfo en las pistas del Bois de Boulogne.

Si el murciano consiguiera batir a todos sus contrincantes y alcanzar la victoria en París, habrá dado un golpe de efecto importantísimo que, a las puertas de Wimbledon, puede que sirva para acortar las alas de un embravecido Djokovic que, tras ganar Roma, se ha reencontrado a sí mismo y, como queriendo decir “voy a por el tercero”, está deseoso de recordar a todos quien es el número 1.

No obstante, en la esperanza de que sea el gran tenista de El Palmar el que dé la campanada y gane el último punto que se dispute el día 5 de junio en la “Philippe Chatrier”, permítanme que empiece a “calentar motores” gritando ¡Vamos Charly!