Los 42 clubes de LaLiga acumularon una pérdidas totales de 892 millones de euros durante la temporada 2020/21. 481 de ellos, un 54% del total corresponden a un único club, el Fútbol Club Barcelona, cuyo resultado negativo lastra el peor ejercicio económico de la competición española en toda su historia, brutalmente condicionado por el impacto del Covid-19.

El Informe Económico-Financiero que ha hecho público este martes la institución presidida por Javier Tebas evidencia el sufrimiento del fútbol español durante una temporada disputada íntegramente sin público en las gradas debido a la pandemia. Esa casuística, inédita hasta ahora, se reflejó en una disminución de más de 1.200 millones de euros en los ingresos totales de los clubes de la competición.

En la temporada 2019/20, pese a la afección de la crisis sanitaria a partir de marzo, LaLiga había alcanzado su techo histórico de ingresos: 5.029 millones de euros sumando los clubes de Primera y Segunda División. En el siguiente curso, sin embargo, el fútbol español perdió un cuarto de su facturación, reduciendo el montante total hasta los 3.817 millones, la menor cifra en un lustro.

EBITDA POSITIVO

LaLiga pondera que ese retroceso de 1.200 millones en los ingresos no se ha traducido en unas pérdidas equivalentes. De hecho, el EBITDA del curso 20/21 se mantiene en positivo (154 millones de euros) y 12 de los 42 clubes consiguieron cerrar el ejercicio con un resultado neto negativo pese al impacto del Covid-19 en sus cuentas.

Los 892 millones de resultado neto negativo solo representan un 74% de la merma de ingresos y la cifra se queda en 717 millones si se descuentan las provisiones contables realizadas por la junta de Joan Laporta en el cierre del ejercicio 2020/21.

Ese desequilibrio entre pérdidas y merma de ingresos responde, en buena medida, a la contención en el gasto realizada por los clubes durante estos tiempos de pandemia. Como informó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al mismo medio que este grupo, LaLiga ha sido la gran competición europea que menos dinero ha invertido en fichajes en las cuatro ventanas que ha habido desde marzo de 2020.

En las cinco temporadas anteriores, la inversión neta en fichajes de LaLiga se había situado en una horquilla de entre 92 y 405 millones de euros, mientras que a junio de 2021 se quedó en apenas cinco millones, en la práctica una situación de equilibrio.

La comparación con el resto de grandes ligas deja en buen lugar a la española. Solo la Bundesliga (474 millones) sufrió pérdidas inferiores a LaLiga. La Ligue 1 francesa ha manejado cifras similares (946) con una facturación mucho menor y tanto la Serie A (1.792) como sobre todo la Premier League (3.119) presentan números rojos mucho mayores.

PREVISIONES

De cara a la temporada en curso (que arrancó todavía con aforos reducidos), LaLiga prevé un resultado negativo de alrededor de 297 millones de euros (aunque LaLiga no lo especifica, una buena parte procederá previsiblemente de las cuentas del Barça) y unos ingresos de alrededor de 4.000. De esos casi 300 millones, 140 se consideran "pérdidas recuperables": inyección anticipada de recursos para fichajes como consecuencia del acuerdo con CVC y compromisos de ampliación de capital de los dueños. El EBITDA se disparará, previsiblemente, hasta los 432 millones.

La institución que preside Javier Tebas estima que la próxima temporada, la 2022/23, se pueda cerrar ya sin pérdidas y que en la siguiente, la 2023/24, el fútbol español recuperará la normalidad perdida en marzo de 2020 en materia de ingresos totales. Todo, obviamente, a expensas de que la situación sanitaria no vuelva a afectar al normal desarrollo del negocio.

Uno de los indicadores de la paulatina recuperación de las economías de los clubes es la evolución de la deuda financiera neta. Esta cifra se incrementó en un 14% en la temporada 2020/21, debido a la necesidad de los clubes de recurrir a financiación externa para cubrir sus inversiones. De cara a este curso, sin embargo, LaLiga estima que la deuda no crecerá, un indicativo de los clubes vuelven a recuperar la capacidad de financiarse con fondos propios.