La Opinión de Zamora

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Fútbol | Primera RFEF

El Zamora CF y las claves de una temporada aciaga en la que asoma el descenso

El equipo afronta la recta final de la competición arrastrando los mismos problemas que le han condenado desde pretemporada

El equipo recibe consuelo tras un encuentro en el Ruta de la Plata. | Ana Burrieza

Quedan cinco partidos para que concluya una temporada muy decepcionante del Zamora CF que, tras varios años en la cresta de la ola, ha sufrido la cara B del fútbol a la que el club del Duero no estaba acostumbrado tras la llegada de los nuevos dirigentes. Las matemáticas todavía están del lado de los rojiblancos, aunque la realidad dice que la permanencia es algo así como un milagro y es que no solo está el hecho de que la salvación se sitúe a una distancia de 8 puntos más golaveraje, sino que al acierto propio habría que sumar la necesidad de que fallasen estrepitosamente tres equipos: Dux, Talavera y Valladolid Promesas.

En la plantilla sostienen que la lucha se va a mantener hasta la última jornada para lograr, al menos, escalar algún puesto y estar más cerca de posibles repescas en los despachos. Ahora hay que volver a digerir una situación a la que se ha llegado por un cúmulo de circunstancias, y es que son muchos meses en los que se han sumado diversos “pecados capitales” que esta vez el fútbol no les ha perdonado. La realidad es que la llegada de Yago Iglesias mejoró el juego y el rendimiento, pero la falta de continuidad volvió a complicar la opción de mantenerse en Primera RFEF.

CLAVES

Adaptación tardía. Desde que comenzó a confeccionarse la plantilla el pasado verano, y se apostó por una remodelación casi total del vestuario se habló de la necesidad de un periodo de adaptación, algo lógico en equipos “nuevos”. Sin embargo, ese plazo del que tanto se habló excedió demasiado y superó no solo la pretemporada sino los primeros meses de competición, lo que condicionó un inicio más que preocupante de un equipo que siempre ha estado en la zona baja de la clasificación.

Plantilla descompensada. Tampoco se acertó al cien por cien a la hora de configurar la plantilla, más allá de los nombres y del rendimiento ofrecido por cada jugador a nivel individual. Prueba de ello es que en el mercado de invierno se produjeron varios cambios para intentar compensar el equipo y reforzar ciertas posiciones, aunque bien es cierto que esto se produjo tras el cambio de entrenador y para favorecer el fútbol de Yago Iglesias.

Falta de gol. Sin embargo, si ha habido un “debe” en el Zamora 21-22 ha sido la falta de gol. El equipo se ha visto negado de cara a portería como un mantra que no ha dejado de acompañarlos. Sí es cierto que en ocasiones generadas sí han mejorado pero la eficacia les ha abandonado por completo. Prueba de ello es que son el equipo con menos dianas a favor del grupo con 23 goles en 33 partidos, y superan solo a un Extremadura que lleva ya muchas semanas expulsado de la competición, aunque si se contabilizasen las ocasiones generadas, quizá se estaría en zona media-alta. Sin duda este hecho ha condicionado al equipo y ha supuesto un hándicap que ha llevado al Zamora a esta situación actual.

Sin contundencia defensiva. La falta de contundencia se traslada también a área propia y en demasiados momentos el Zamora CF se ha mostrado muy débil atrás. Cierto es que este aspecto ha mejorado, y se han tenido rachas positivas dejando la portería a cero, pero los despistes y las faltas de concentración han dado vida a los rivales que han necesitado muy poco para sumar puntos.

Debilidad en el Ruta. Tampoco este curso se ha conseguido hacer del Ruta de la Plata un fortín. Esto es algo contrastable y es que en feudo propio se han sumado menos puntos que a domicilio (14-16). Es una cifra similar, pero llama la atención que en casa el Zamora no haya subido el nivel. Hay excepciones como el día del Celta B en el que se coronaron, pero, en general, el hecho de jugar como anfitriones no ha sido un plus añadido.

Falta de continuidad. La irregularidad en los resultados también ha impedido enganchar una buena racha de resultados salvo la protagonizada a la llegada de Yago Iglesias al banquillo. Tras perder con el Irún en el debut del gallego, se engancharon varios resultados positivos que permitieron al equipo cerrar la primera vuelta fuera de descenso, pero desde aquel triunfo en enero ante Unionistas, todo fue cuesta abajo.

Tropiezos en momentos clave. El equipo también ha desaprovechado encuentros en los que hubiesen podido sumar algo de oxígeno en la clasificación. Empates en casa ante rivales directos como es el caso del Talavera o este último frente al Tudelano impidieron dar un golpe en la clasificación o, como mínimo, recortar brecha. Además, más allá de los resultados, en líneas generales el rendimiento ha sido mayor ante equipos de la zona alta, frente a los que se ha dado buena imagen como fue ante el Deportivo o Racing de Santander, aunque finalmente no se obtuviera el premio deseado.

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