Karim Benzema vivió ante el París Saint-Germain su mejor noche como jugador del Real Madrid. Tres goles para remontar la eliminatoria ante el “petrodolarizado” PSG y con el brazalete en su brazo. Pocos podían pensar en “KB9” como el mariscal blanco.

Césped móvil para el bernabeu. PHB Weserhütte, filial del grupo TSK, ha iniciado la automatización del terreno de juego del Bernabeu, como se aprecia en la imagen. El campo se dividirá en seis bandejas que se trasladarán, con todos sus sistemas auxiliares, a un invernadero para su mejor conservación. | Real Madrid

Solo una persona advirtió todo su potencial al aterrizar en el Bernabéu: Zinedine Zidane. Zizou se convirtió en un hermano mayor, casi un padre para él. Benzema era un jugador tímido e introvertido rodeado de un entorno tumultuoso para alguien de 23 años que llegaba al Real Madrid para triunfar. Coches deportivos, fiestas exóticas, amigos famosos... Zidane lo “adoptó”, aconsejó al joven y comió con él casi a diario. Le convenció de que tenía potencial para triunfar en la Casa Blanca.

Sin embargo, el punto de inflexión de la carrera de Karim en el Real Madrid llegó en diciembre de 2010. No se había cumplido la primera temporada del francés en el club cuando en la rueda de prensa previa a un partido en Zaragoza, Mourinho quiso ganarse las portadas con un desafortunado titular sobre Benzema que enfadó al francés: “Si no tienes un perro para ir a cazar y tienes un gato, pues vas con el gato porque solo no puedes ir”. El técnico portugués presionaba así a Jorge Valdano, por entonces director deportivo blanco, para traer un refuerzo en ataque. Cosa que logró con la llegada unas semanas más tarde de Emmanuel Adebayor.

Pero Karim se plantó en el despacho de Mourinho y fue muy claro: “Yo soy un jugador de fútbol, tú eres mi entrenador. Yo te respeto, así que respétame tú a mí como futbolista. Soy tímido, pero si te vas a reír de mí me vas a encontrar”. Aquel día Mou cambió la concepción que tenía de Benzema y el jugador se ganó el respeto de un vestuario que rendía pleitesía al luso. El galo siguió escuchando a Zidane, quien pasó a ser su entrenador en 2016 y a ganar tres Champions seguidas. Karim, mano derecha de Zizou en el campo, sufrió una transformación futbolística que comenzó ordenando su vida, incluida una dieta que le hizo perder cinco kilos en verano y llegar a la pretemporada de 2019 con una figura más fibrosa y explosiva. Benzema se puso en manos del chef Alberto Mastromatteo, quien le diseñó una dieta personalizada con mucho protagonismo de algas, pescado y verduras, así como del aceite de coco y el agua alcalina. El jugador ganó velocidad y eso le dio un plus en el área, algo que se plasmó en sus registros goleadores. Benzema pasó de marcar 12 y 11 goles en las dos primeras temporadas de Zidane como entrenador a encadenar 30, 27, 30 y 30 en las últimas cuatro campañas.

Karim dio un paso adelante con la marcha de Cristiano Ronaldo y ha añadido a su capacidad para dar asistencias (es el mayor asistente de la historia del club) un poder goleador que le ha aupado, con el hat-trick al PSG, al podio histórico del Madrid con 309 goles, detrás de Cristiano (451) y Raúl (323), y delante del mítico Alfredo Di Stéfano (308).

Hoy la vida de Benzema tiene poco que ver con aquella de noches de discotecas dejándose ver con Rihanna, de acusaciones de extorsión por culpa de sus peligrosas amistades o de multas por conducir sin carnet. Karim, casado en 2017 con la modelo Cora Gauthier, es un tipo hogareño que disfruta con su faceta de padre de Ibrahim y Melià. Benzema se ha convertido en un ejemplo fuera y dentro del campo. Ante el PSG, al salir por el túnel en el descanso le dijo a Courtois: “Thibaut, saca al equipo de atrás y ayúdame a tirar de ellos para presionar arriba”. Por eso, cuando un periodista le preguntó por el error de Donnarumma en la jugada del primer gol madridista, el francés respondió enrabietado con la misma determinación con la que habló con Mourinho aquel día en su despacho. “¿Error de Donnarumma? Ha sido fruto de la presión que hemos hecho arriba”. Karim, el gato de Mourinho, es hoy el Rey León del Bernabéu.