El partido Zamora-Unionistas brinda una buena oportunidad a los aficionados para reflexionar sobre dos modelos completamente distintos de entender el fútbol, tanto en el plano social, el institucional o el económico. En Zamora los ex-socios (hoy solo abonados) decidimos que no éramos capaces de sacar el club adelante, la deuda de 250.000 € estimamos que era tan ‘enorme’ que teníamos que vender el Club y así lo hicimos, vendimos a precio de saldo. Los nuevos dueños sabían que valíamos mucho más y lógicamente compraron: la “enorme deuda” y también 50 años de historia, patrocinadores, uso de un magnífico estadio municipal, socios fieles, incluso la implicación de la ciudad, en definitiva, compraron mucho más que deuda.

Lógicamente ellos pusieron las condiciones, fijaron el precio de las acciones en 2.500 euros y el resultado fue el esperado, a nadie le interesó nada, ni la venta, ni lo que pasó después. Los compradores consiguieron el objetivo de ser dueños absolutos y los actuales abonados acatamos, pero eso sí enviamos un mensaje claro, tampoco nos vamos a implicar en nada, ni siquiera vamos a criticar.

Pero los dueños del club-S.A.D. saben que están solos, sin representantes en el día a día, alejados de la ciudad y hasta es probable que también de la Institución que da cobijo a su actividad. Está claro que el resultado negativo de las finanzas del Club es enorme (y aquí no hay comillas) a los que conocimos el club, todo nos parece sobredimensionado, sin capacidad para procesar tanto despilfarro, y lo que es peor los abonados actuales ni entienden, ni reconocen, ni se implican y solo animan para pedir dimisiones, pasados 35 años el club vuelve a la máxima categoría que alcanzó y ni por esas. Tampoco hay entusiasmo entre los profesionales que podrían transmitir valores para vivir el fútbol con una mínima pasión. La campaña de abonados fue un auténtico fracaso, las señas de identidad del Zamora se han evaporado, el antiguo trofeo “Ciudad de Zamora” ha desaparecido, ya ni siquiera hay cartelería anunciando los partidos, el cincuentenario del club no mereció ni un acto simbólico-protocolario.

Los méritos de los nuevos propietarios son innegables, supieron comprar y punto, pero despreciaron cualquier opción de gestión que no fuera la idea de propiedad absoluta y lógicamente también en la posterior gestión, los que sostuvieron al Club durante 50 años, hemos renunciado a todo, asistimos al partido y se acabó, pero cuando un Club como el nuestro pierde su auténtico “patrimonio” es decir, sus socios y su historia, mal negocio, a pesar de todo no debemos olvidar que todavía somos el Zamora.

Hoy domingo se van a dar cita dos formas de entender el fútbol: el de un socio un voto, y el de un club un dueño, expresado así puede parecer reduccionista, pero es real, hemos abandonado la ilusión, la capacidad crítica, nuestra identidad y seguramente miraremos con el rabillo de ojo como los aficionados unionistas se identifican totalmente con su idea de entender el fútbol.

Enhorabuena a Unionistas y a sus socios. La nueva Ley del Deporte también dará un espaldarazo a su modelo al no tener que convertirse en S.A.D por llegar al fútbol profesional, la ley no contempla los modernos modelos de gestión, como el “50+1” ese modelo alemán en el que la última acción, la que decide, la tiene el socio. Mientras tanto, que se nos olvide leer si la nueva ley contemplará o no el traslado de ciudad de los club S.A.D.