Todos los rivales directos del Zamora CF en la lucha por la permanencia a excepción del Valladolid B sumaron esta jornada en la que el equipo rojiblanco perdió ante el Real Unión de Irún (2-0) y se distancia a ocho puntos de la salvación tras sumar un empate Talavera y Dux Internacional que marcan actualmente el límite de los puestos de descenso.

El debut de Yago Iglesias en el banquillo rojiblanco se saldó sin cambios significativos respecto a los últimos encuentros de su antecesor David Movilla en los que el equipo perdió no sólo su capacidad goleadora sino también la de crear ocasiones de peligro.

Ahora, el Zamora CF comenzará a pensar en el Extremadura que será su rival tanto en la Copa como en la Liga en los próximos días, un rival que se encuentra sumido en una seria crisis económica y que sólo ha sumado dos puntos más en lo que va de temporada. El equipo de Almendralejo consiguió arrancar un empate en su visita al Celta B que se está mostrando muy irregular y que no pudo alcanzar el empate hasta el minuto 91 con el 1-1 que firmó el escocés Holsgrove.

Y es que hasta el “farolillo rojo”, el Tudelano, consiguió sumar su punto en su visita al Inter de Madrid (1-1). El único de los rivales en la lucha por la permanencia que perdió fue el Valladolid Promesas que vendió muy cara (3-2) su derrota ante la UD Logroñés en un partido extraño y con muchos goles pero el marcador se cerró ya en el minuto 67.

El punto más meritorio de los que sumaron los enemigos directos del Zamora CF fue el que consiguió en Riazor el Athletic B. Le faltaron piernas, pero sobre todo fútbol al Dépor para pegarle el hachazo al Bilbao Athletic y a esta Primera Federación. Los múltiples empates y las derrotas de los que le acechan le dejaron en bandeja el demarraje y le faltó colmillo al equipo de la paciencia.

Pese a la derrota en Irún, el Zamora CF se mantiene, sin embargo, en el penúltimo puesto, a la espera de que puedan cambiar las cosas de la mano del nuevo entrenador que, dado lo apretado del calendario, tampoco tendrá de momento mucho tiempo para imponer su estilo.