El cese de David Movilla traerá consigo una importante reconstrucción del proyecto que el Zamora CF había diseñado para esta temporada en Primera RFEF ya que no sólo será necesario buscar un entrenador capacitado para lograr la salvación sino también recomponer una plantilla en la que se atisban importantes carencias. El gallego Yago Iglesias es el elegido para continuar la labor de Movilla, un técnico con experiencia que se ha dado a conocer tras pasar varios años en el Compostela. Iglesias es buen amigo de Movilla y cuenta con el beneplácito del secretario técnico César Villafañe.

No por previsible, el cese de David Movilla ha sido menos doloroso para un Zamora CF que había apoyado el devenir de la nueva era como sociedad anónima sobre los hombros del técnico vasco que dirigió al equipo desde la Tercera División a esta potente categoría de bronce del fútbol español que es la Primera RFEF. En las últimas semanas, la posibilidad del cambio de técnico cobraba peso a medida que el equipo seguía sin sumar puntos sumido en la cola de la clasificación. Y David Movilla llegó al pasado fin de semana con esa “espada de Damocles” que le impidió dormir en la noche anterior al partido contra el Racing de Santander.

El resultado final de 0-3 y la falta de respuesta que dio el equipo, sobre todo en la segunda parte, dejó poco margen de maniobra porque el Zamora se situaba a siete puntos de la salvación y la evolución en las últimas jornadas había sido muy negativa.

El presidente del Club, Víctor Aldama no se encontraba en España, está en México donde pasa largas temporadas a lo largo del año, pero la decisión del cese se adoptó de igual forma. Movilla era consciente de que su suerte estaba echada y tampoco pudo dormir esa noche, hasta que a primera hora del lunes, César Villafañe le comunicó la decisión adoptada que consensuaron finalmente.

El técnico quiso despedirse de sus jugadores en el mismo vestuario donde, según él mismo reconoció, pasó sus mejores momentos en Zamora, y por la tarde, fue la plantilla y equipo técnico el que se presentó para despedirse de Movilla en la rueda de prensa que el club convocó para anunciar el cese.

Con el bar del Estadio abarrotado de gente, el entrenador tardó más de quince minutos en comparecer, mientras el recinto esperaba sumido en un profundo silencio. Nadie se atrevió a articular palabra antes de que Movilla compareciese, y lo hizo acompañado por Villafañe quien, muy afectado, calificó la situación como “una cosa que no queríamos ni esperábamos. Para mi es un momento muy duro y así se lo he dicho a él porque se va un entrenador pero se me va un amigo que es lo que más me duele”.

Movilla le transmitió al secretario técnico que “tal vez fuera el momento para dar un paso a un lado -explicó Villafañe- y que el Club tomara un camino distinto. Y al final ha sido una decisión mutua en la que él ha mostrado toda su disponibilidad y desear el bien del Club, y desde el Club solo tenemos palabras de agradecimiento porque sin él, no estaríamos aquí. Lo tengo clarísimo que él ha hecho posible estar en Primera RFEF con la cabeza muy alta”. Villafañe recordó que “desde el primer día, Movilla se entregó al cien por cien o incluso más de lo que se puede entregar una persona en su trabajo. Era un lujo tenerle ya en Tercera División, luego en Segunda B y que este año se quedara con nosotros. Sólo darle las gracias a él y a Borja, y desearles mucha suerte”.

Movilla protagonizó su última dinámica ante su plantilla, en la que se centró en agradecer la colaboración de sus jugadores, equipo técnico, trabajadores y dirigenes del Club, e incluso a los medios de comunicación. Pero no quiso entrar, porque tampoco era el momento, en valorar las causas por las que el equipo ha llegado a donde está. Ese será el ejercicio que tendrá que realizar ahora el Zamora CF para elegir, primero al sucesor de Movilla, y todo parece apuntar a que será su buen amigo Yago Iglesias, y en segundo lugar para reestructurar una plantilla que presenta diversas carencias. Movilla y Villafañe confeccionaron en su día una plantilla muy amplia, tal vez condicionados en exceso por la epidemia de lesiones que el equipo sufrió en la pasada campaña, una plantilla en la que, sin embargo, se echa en falta calidad en cualquiera de sus líneas.

Este equipo que yace en la penúltima posición de la clasificación de Primera RFEF está necesitado de una mayor solidez defensiva y de una continuidad para los defensas que elija el nuevo entrenador, pero sobre todo, este Zamora carece de gol, de jugadores que sean capaces de aprovechar de verdad las abundantes ocasiones que, eso es cierto, crea el equipo rojiblanco. Y el gol hay que buscarlo en el mercado.

Por lo demás, hay tiempo suficiente para sacar al Zamora del pozo de la clasificación y en primer lugar será necesario pasar página a una etapa que ha finalizado con el cese de Movilla y sobre la que no es conveniente construir el nuevo equipo. El próximo entrenador deberá imponer su forma personal de hacer las cossas.