“Si le preguntan a alguien por competir en el Dakar estos días, todos dirían que no”, comenta con la boca pequeña y entre risas la zamorana Sara García en una semana clave para su próxima aventura en el Dakar 2022. Un desafío que arrancará el 1 de enero del próximo año pero que trae en jaque a la piloto durante estos días, en los que apura para cerrar los preparativos de cara a su cuarta participación, que estará cargada de novedades para ella y su equipo.

Hay muchas ganas de que llegue el día de competir”, asegura Sara García que, ahora mismo atraviesa “el peor momento después de la búsqueda de patrocinadores” pues compite contrarreloj para “hacerse con todo lo que necesitas, coger cosas, pedir otras...” y llegar la próxima semana con todo listo al embarque en Marsella. “Te agobia un poco, pero es un proceso que dura semana y media y después, pues viene lo mejor”, comenta antes de llevar su moto a territorio francés y pasar ya a centrarse en llegar en la mejor forma posible a finales de diciembre.

Imagen de las monturas de Sara García y Javier Vega. Cedida

Para entonces, dentro de un mes, Sara García pasará a enfrentarse junto con los mejores pilotos de raid del mundo a las dunas y piedras de territorio árabe. Un desafío que vivirá encuadrada en una categoría diferente a la de sus últimas participaciones, con una nueva moto y las ideas muy claras.

Cada año hemos ido con más oportunidades y el mismo objetivo, mejorar el resultado de la edición anterior. Es lo que quieres siempre y es lo que tenemos en mente”, afirma Sara García, consciente de que es una empresa “difícil” pero “también era imposible que una mujer acabara en la categoría Original” y lo logró.

Su espíritu inquebrantable, además, contará con nuevas armas en este Dakar 2022. García sigue un año más con Yamaha pero dará el salto a la competición con asistencia, contando para ello con una nueva montura. “No tiene nada que ver con la de otros años”; asegura, para explicar que “en esta ocasión, llevamos una moto de rally desarrollada por fábrica” que en poco se parece a “La Gorda”, como cariñosamente llama la piloto a su habitual compañera en el raid más exigente del mundo. “Era una moto de serie, dentro de las opciones que estaban disponibles para comprar en España que nosotros modificábamos para cumplir con los requerimientos de la carrera”, explica, apuntando: “era nuestro pequeño “Frankestein”, bastante bien afinado, pero que no dejaba de ser algo hecho en el garaje de casa y que daba bastantes problemas a cada injerto que le ponías”.

Nico Abad entrevista a Sara García y Javier Vega en el Espacio Euphoria de Madrid. Cedida

Con una WRF450 Rally Réplica ya en sus manos, Sara García confía en “ganar muchísimo en fiabilidad” y poder ir más tranquila, además de “ganar un poco de tiempo para descansar” pues “solo hacer el mantenimiento de la moto supone casi dos horas” tras cada etapa, sin contar averías. Además, la mejora también ha llevado a su compañero Javier Vega que, pese a competir en Original, también llevará la misma Yamaha, lo que es permitirá “contar con un cambio básico y solucionar problemas más fácilmente ya que se puede repartir y duplicar el material”. Una estrategia que siempre ha tenido el Pont Grup Yamaha y que “se ha querido mantener” pese a la mejora.

Así, con nueva moto y en una nueva categoría, Sara García pronto entrará en “las semanas de los nervios”, esas en las que solo le quedará entrenar para viajar el 26 de diciembre lo más preparada que pueda al Dakar 2022, una carrera que afronta con ilusión pero sin sueños imposibles, pues ella misma sabe que los favoritos todavía “juegan en otra liga” respecto a ella.