El piloto murciano Pedro Acosta, campeón del mundo de Moto3, se ha desvanecido este jueves en una recepción con el presidente de Murcia, Fernando López Miras, tras sufrir un mareo que lo ha hecho caer al suelo y diez minutos después ha vuelto a la sala para decir que tantas cámaras lo han presionado.

"No tenía en la cabeza que fuese un evento tan serio", ha dicho todavía con el susto en el cuerpo pero sin perder el sentido del humor el joven deportista de 17 años, quien pasó la noche con fiebre pero decidió no cancelar la recepción.

Se ha desplomado nada más empezar a hablar y durante un par de minutos ha sido atendido cuando estaba tendido en el suelo, tras lo que la reanimación han proseguido en otro salón del palacio de San Esteban, sede de la presidencia del Gobierno, y pasados unos diez minutos ya estaba ante el micrófono.

"Esto no sólo es mío, sino de todos los murcianos, cuyo apoyo he sentido" ha sido lo único que le ha dado tiempo a decir antes de sufrir la bajada de tensión que le ha hecho perder la verticalidad pese a ser sujetado por López Miras, quien estaba a su lado.

"Estamos de vuelta", ha dicho al regresar saludando mientras recibía el aplauso de los presentes. "Quiero dar las gracias a todos los murcianos y esto que hemos conseguido es de ellos, de la gente que nos ha apoyado, como los que gestionan los circuitos en los que entreno. Sin ellos, esto no hubiera sido posible", ha apuntado acompañado de su padre y de su representante, Albert Valera.

El campeón que la próxima temporada dará el salto a Moto2 valora "bastante" la temporada: "Para ser nuestro primer año, hemos estado siempre delante y cometiendo pocos errores".

El sábado se le dará un homenaje en su municipio natal, sobre lo que ha comentado: "Creo que nunca había pasado algo tan gordo en el motociclismo de Murcia y es normal que la gente quiera celebrarlo con nosotros".

López Miras ha destacado del Tiburón de Mazarrón, como se le conoce, que es "un flamante campeón y un orgullo para la región, a la que sitúa en lo más alto del mundo".

Lo considera "un ejemplo de esfuerzo, constancia y superación en una sociedad cada vez más carente de valores".

Ha elogiado también "el sacrificio de su familia, en especial de su padre, Pedro, y su madre, Mercedes, para que se cumpliera el sueño de su hijo, a quien nadie le ha regalado nada".