David Henderson, el hombre que organizó el viaje de Emiliano Sala a Cardiff en el que falleció el futbolista argentino, ingresó este viernes en prisión para cumplir una sentencia de 18 meses.

El empresario británico, de 67 años, fue declarado el pasado octubre culpable de dos cargos relacionados con la seguridad de la aeronave y con los permisos pertinentes, según decidió entonces la corte de justicia de Cardiff, Gales (Reino Unido).

Durante el juicio, la fiscalía acusó a Henderson de "poner en peligro la seguridad de la aeronave", mientras que él mismo se declaró culpable otro cargo por organizar el vuelo sin tener los permisos necesarios para ello.

Sala, de 28 años, y el piloto David Ibbotson, de 59, fallecieron el 21 de enero de 2019 en un accidente de aviación en el Canal de la Mancha, cuando el futbolista argentino viajaba de Nantes a Cardiff tras completar su fichaje por el club galés por unos 20 millones de euros.

El juez instructor explicó este viernes que la sentencia de 18 meses se corresponde con el primer cargo, mientras que el segundo conlleva una pena de tres meses de cárcel, si bien se cumplirá al mismo tiempo.

Los abogados del empresario ya han adelantado que apelarán la sentencia, mientras que las autoridades competentes iniciarán el próximo año una investigación independiente sobre este incidente.

El cuerpo de Sala fue recuperado días después del accidente junto al fuselaje del avión, mientras que el de Ibbotson nunca se encontró.

Durante este proceso penal, la fiscalía explicó que Henderson era la persona encargada de organizar los viajes de la avioneta en la que falleció el futbolista y que programó el viaje a Cardiff pese a conocer las irregularidades de Ibbotson.

Según este argumento, la dueña de la aeronave, Fay Keely, había advertido a Henderson de no dejar pilotar a Ibbotson porque no poseía una licencia para realizar vuelos comerciales y por haber recibido varios avisos de irregularidades por parte de las autoridades aéreas.

Sin embargo, cuando los intermediarios del fichaje de Sala le encargaron a Henderson organizar el vuelo a Cardiff, este, al no estar en Nantes y encontrarse en París junto a su mujer, contrató a Ibbotson para el trabajo.

Henderson esgrimió en el juicio que convenció a Keely para llevar a cabo el trabajo por teléfono, pero ésta señaló que no recordaba esa llamada.

El abogado de la acusación, Martin Goudie, aseguró que Henderson fue "negligente" por cómo operaba con la avioneta y que "puso sus negocios por encima de la seguridad de los pasajeros al contratar a pilotos sin la calificación necesaria para volar o no competentes para completar determinados vuelos".