El Recoletas Zamora encajó su primera derrota de la temporada en el duelo para otro de los grandes favoritos al ascenso, el Jairis murciano que terminó por imponer el poderío de la brasileña Erika de Souza bajo los tableros y la profundidad de una plantilla larga y eficaz. Esta vez las rotaciones del equipo zamorano no fueron suficientes ya que Jairis dispone de un equipo de similares características al de Jacinto Carbajal que sólo se vio fuera del partido en los dos últimos minutos.

Hasta entonces, el encuentro estuvo muy igualado, con un primer cuarto en el que, al contrario de otros días, el Zamarat llevó la iniciativa en el marcador hasta situarse con 5-12 y 7-17. En el segundo cuarto, el Jairis mejoró bastante y conseguía igualar a 20 y tomar la delantera con 22-20 tras dos canastas de Belén Royo. Sin embargo, las de Jacinto Carbajal reaccionaron y consiguieron alcanzar el descanso de nuevo por delante con 24-27.

Parecía claro que la clave del encuentro estaría en la capacidad de las zamoranas para frenar a la brasileña Erika de Souza, ex WNBA, Ros Casares y Perfumerías Avenida, y la que lo conseguía era Miscenko, pero la lituana se cargó pronto con cuatro personales. Pese a que Souza asumía la responsabilidad en el rebote del Jairis, el Recoletas consiguió mantenerse por delante en el marcador hasta el minuto 25 cuando la brasileña anotaba ante Miscenko el 32-32. Waters y Green se encargaron de volver a poner las cosas en su sitio para el Zamarat con 32-37, pero entonces apareció el tiro exterior murciano con dos triples para cerrar el tercer cuarto con las de Alcantarilla de nuevo por delante con 42-41.

Y al contrario de lo que había ocurrido en los partidos anteriores y tal y cómo anunció Carbajal antes del partido, esta vez las rotaciones zamoranas no fueron decisivas y el Recoletas se desinfló bastante en la recta final. El encuentro siguió muy equilibrado pero el poderío de Erika de Souza y la gran dirección de Keira Robinson terminaron por inclinar la balanza a favor del Jairis que conseguía además un marcador final más abultado que la diferencia real que existió entre ambos equipos (58-47) y preocupante de cara al basketaverage de cara a posible empates en la clasificación final de la Liga.