El Balonmano Zamora ha comenzado la temporada enamorando de nuevo a su afición y lo hizo con una rotunda y sobrada victoria (33-26) frente a un rival que no respondió a lo que se esperaba, sobre todo, por el enorme trabajo defensivo que realizaron los hombres que dirige Iván López. Hacía tiempo que el BM Zamora buscaba un líder con el que “olvidarse del inolvidable” Octavio Magadán y todo parece apuntar a que ese director del juego pistacho ha llegado este año desde el otro lado del charco atlántico.

Nico Bono tomó las riendas del caballo zamorano para iniciar el despegue en el marcador, puso en su sitio a cada compañero, y asumió la responsabilidad que hay que exigirle a un buen central para aportar además capacidad recuperadora y anotadora. La afición pistacho ha descubierto ese jugador emblemático que tanto buscaba y que no había encontrado en los dos últimos años en los que Octavio dejó huérfano al equipo. Nico Bono eligió además a un rival complicadísimo como siempre ha sido el Teucro pontevedrés que había ofrecido una buena imagen durante la pretemporada en la que se midió, entre otros, con el Novás que también jugará en esta categoría.

Los gallegos demostraron que todavía no han desconectado de la tediosa precampaña y en un abrir y cerrar de ojos vieron cómo se le vino encima todo el potencial de este Zamora Enamora que ya hace honor a su nueva denominación que llevará con orgullo por toda España. A la afición se le pasaron los diez primeros minutos con la velocidad que le imprimió el 7-3 que campaba en el nuevo marcador electrónico del Angel Nieto. Iván López comenzó pronto a realizar rotaciones en su equipo y tanto Maga como David Gallego demostraron pronto que este año van a disfrutar de muchos minutos de juego. La lesión en la rodilla que obligó a sentarse a Joaco Aravena no le afectó al BM Zamora que mantuvo un altísimo nivel defensivo.

Teucro no encontraba huecos por donde romper la defensa zamorana y la diferencia en el marcador se estabilizaba en siete y ocho goles a favor de los de casa. Además Mendieta se sumaba a la exhibición de los pistacho con dos paradas seguidas, y Nico Bono anotaba, tras recuperar él mismo el balón, el 19-9 para culminar un parcial de 4-0. Ni siquiera con los dos minutos de sanción a Nacho López logró reducir significativamente su desventaja el Teucro y el partido se fue al descanso con un 20-12 que hacía justicia a la enorme distancia que había habido entre los dos equipos en los primeros 30 minutos.

Bono se encargó con su quinto gol de que las cosas no cambiasen al comienzo de la segunda parte, y Jortos insistía frente a un rival bloqueado en ataque y muy flojo atrás. Tan sólo el portero gallego Marko Dzokic intentaba frenar la sangría al detenerle a Cubillas un “uno contra uno” y David Gallego tampoco acertó solo ante el guardameta. El partido entró en una fase de contínuos despropósitos en el bando zamorano pero, afortunadamente, tampoco los pontevedreses encontraban puerta.

Los porteros se hicieron los protagonistas, Jortos parecía el único lúcido y detrás de él se fueron de nuevo arriba sus compañeros, incluido Tomás Mendieta que no dejaba ningún hueco en la pequeñísima portería que les mostraba a los gallegos. Pudo quedar todo visto para sentencia al producirse las expulsiones por dos minutos casi simultáneas de Herrera y Deco, pero el Zamora Enamora no fue capaz de aprovechar su ventaja ni siquiera tras preparar una jugada con un tiempo muerto. Teucro siguió vivo gracias a Dzokic pero la suerte estaba echada porque la ventaja zamorana era suficiente como para que la primera victoria de la liga no peligrase.

Bastó con que la defensa pistacho siguiera firme y con agotar con sabiduría las posesiones para que el reloj corriese hacia el final del partido con diferencias de diez goles en el electrónico. Todavía hubo tiempo para algunos momentos de incertidumbre en los que Teucro logró acercarse a siete goles, pero las cosas volvieron a su sitio con el gran trabajo defensivo y la inspiración de Tomás Lautaro.