Con una de las temporadas más duras de su historia aún reciente, el Balonmano Zamora ha decidido poner la construcción de su proyecto deportivo en manos de un nuevo “arquitecto”. Se trata de Iván López (Sevilla, 1991), un técnico contrastado que llega desde Zaragoza dispuesto a asumir el reto de guiar hacia el futuro a la formación pistacho. Un desafío que afronta consciente de la necesidad de hacer crecer al cuadro de Viriato sin olvidar los valores que ha representado en los últimos tiempos. De evolucionar sin perder de vista su identidad propia.

–¿Con qué sensaciones termina la puesta a punto del equipo?

Creo que, como todos los equipos, hemos ido de menos a más durante la pretemporada. Nuestra idea era la de darle continuidad al grupo y a gran parte del modelo de club que le rodea y, bajo mi opinión, ha sido un acierto porque así no empezamos a trabajar de cero.

–¿El equipo se ha adaptado bien a su forma de entrenar?

Sí. Aunque no hayamos empezado de cero, hay algunas cuestiones conceptuales que hemos tenido que cambiar y que son nuevas pero, en ese sentido, la gente ha respondido bastante bien. Hemos trabajado duro para armar un equipo competitivo y, creo, que llegará preparado para luchar en el primer partido ante SD Teucro.

–Será necesario porque la liga, en su primera parte, parece muy exigente...

A priori, es un grupo muy duro. Entre nuestros rivales figuran, entre otros, los tres equipos descendidos de la Liga Asobal y, además, varios candidatos en la carrera hacia la élite como Acanor Novás o UBU San Pablo. Tampoco hay que olvidar a conjuntos siempre competitivos como BM Alcobendas, Amenabar Zarautz o el propio SD Teucro.

–¿Es este el grupo más difícil de la primera fase?

Es duro. No sé si es más difícil que el otro, porque eso se verá según avance la liga, pero está claro que esta competición va a exigir nuestra mejor versión y que seamos regulares desde el inicio. Habrá que sumar lo antes posible.

–Viendo la dureza de la liga, ¿cuál es el objetivo este año?

El primer objetivo, como tal, tiene que ser la permanencia. Lograrla cuánto antes mejor. Y si es pronto, pues lo mismo estamos luchando por otras cosas... pero eso ya se verá.

–¿Puede ayudar a lograr el objetivo contar con un equipo ya formado?

Sí, es evidente. Puede que el hecho de que siga gran parte de la plantilla del pasado año tenga algún punto negativo, porque mantengas alguna carencia, pero en el cómputo global yo solo le veo el lado positivo. Es un aspecto a favor muy importante, tanto a la hora de trabajar como para competir.

–Una de las pocas caras nuevas es usted. ¿Le ha sorprendido algo del club hasta el momento?

El Balonmano Zamora es un gran equipo y, como tal, lo seguía desde hace tiempo. El año pasado ví todos sus encuentros y, antes de llegar, volví a repasarlos para tener el máximo posible del grupo. La verdad que no me he llevado grandes sorpresas. Sí que ha habido pequeños detalles que me han sorprendido gratamente, pero no grandes revelaciones.

–¿ Y qué características destaca del equipo? ¿Qué cualidades expondrá en la pista?

Una de nuestras virtudes tiene que ser el grupo en sí. Debemos ser capaces de tener una rotación muy amplia para dotar a los partidos de un ritmo de juego elevado. Ser capaces de construir el equipo desde la defensa para poder contragolpear y llevar las riendas del juego. Por otra parte, creo que tenemos que ser capaces de hacer cosas diferentes al resto en ataque porque, con todo el tema de los análisis de vídeo y retransmisiones en Internet, todo el mundo sabe lo que haces y hacen un poco lo mismo.

–Parece que tiene muy claro qué espera del equipo.

Mi intención es que, a nivel defensivo, seamos versátiles y podamos utilizar tanto el 6-0 como el 5-1. Ambos sistemas con el mismo nivel. Y, a partir de ahí, que todos los rivales tengan que estrujarse el cerebro un poco si quieren detenernos. Quiero que seamos un equipo incómodo.

–¿Se podría decir que ese es el estilo de Iván López?

No lo sé (sonríe). La competición y los rivales irán determinando más o menos que se puede hacer, pero tengo claro que debemos tener una identidad propia que nos caracterice y que esté relacionada con gozar de variedad en nuestro juego. Poder defender de múltiples formas y, en ataque, ser diferentes con un desarrollo dinámico y creativo, con espacio para que los jugadores exploten su talento individual porque, en mi opinión, eso enriquece el juego colectivo.

–¿Será importante para ello el papel de la afición?

La grada siempre es determinante. El pasado curso algunos equipos podían competir con público, otros no... Fue un aspecto que se dejó notar porque, para mí, el público es un factor decisivo y con peso en el resultado. Creo que es clave, y más en una liga tan igualada como esta. Por eso, estoy seguro que se notará la diferencia.

–¿Volverá el público pronto y en número suficiente para impulsar al equipo una vez más?

–Los máximos responsables de que el público vuelva a la grada somos nosotros, el equipo. Ahora mismo, tanto el Balonmano Zamora como su entorno son un fantástico altavoz para transmitir a la ciudad su identidad. El equipo debe ser el que muestre ese carácter para que la gente de Zamora vuelva a engancharse y el Ángel Nieto se convierta en una olla a presión.