David Movilla inicia un nuevo curso al frente del banquillo del Zamora CF y lo hace convertido en todo un líder dentro del proyecto rojiblanco. El técnico afronta esta nueva etapa con ganas e ilusión. Se trata de un nuevo reto que tilda de “mayúsculo” y que pasa por conjugar el equipo y lograr la permanencia en la nueva Primera RFEF.

–¿En qué punto de preparación está el equipo para competir?

–Me gustaría que estuviera a su mejor nivel, pero soy consciente de que no es posible. No es posible que un equipo con 14 incorporaciones logre su mejor versión en apenas mes y medio. No es viable, no existe. Los equipos de alto rendimiento necesitan más tiempo. Sé que no va a ser posible, pero no para el Zamora CF sino para todos. Ningún equipo está preparado para ofrecer su mejor versión con tan poco desarrollo. Se necesita tiempo, relacionarse, conocerse, desarrollar todo el aspecto táctico, mental, emocional, estratégico… son muchos aspectos. Lo que tenemos que hacer es mostrar el rendimiento suficiente que nos permita competir el partido.

–Espera que así sea.

–Más que esperar, deseo, y hemos trabajado para ello. Esperar crea una connotación pasiva. Deseo y hacemos para estar preparados y dar lo mejor que tengamos en ese momento.

–¿Tiene el equipo que puede o que quiere?

–Todos los entrenadores tenemos el equipo que ponen a nuestra disposición. A partir de ahí, yo siempre estoy satisfecho con los equipos que he entrenado aquí en Zamora, con las capacidades que hemos tenido y jamás se me ha oído una queja al respecto. Y si tuviera algo que comentar, lo haría por los cauces pertinentes, es este caso con el director deportivo.

–¿Uno de los requisitos ha sido tener dos jugadores por puesto?

–Eso no es una petición mía, es una cuestión de planificación, pero no del Zamora CF sino de todas las plantillas. Puede haber incluso hasta tres, y dada la polivalencia de algunos jugadores hay posiciones en las que tenemos más alternativas.

–¿Qué diferencias, más evidentes, se van a ver en la plantilla respecto a la del año pasado?

–Son capacidades diferentes. En el momento que hay individuos diferentes, no puede haber capacidades iguales. No hay ningún equipo igual a otro, ni ningún jugador igual a otro. ¿Las diferencias? Las capacidades colectivas se van a ir manifestando con el tiempo. Puedo intuir que este equipo tiene más recursos para los duelos, ofensivos y defensivos, más alternativas en el ámbito ofensivo. A partir de ahí, todo es mi intuición, la realidad la marcará el día a día.

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Staff técnico

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–¿Está costando la puesta a punto más de lo previsto?

–Lo esperaba. Está costando, pero lo esperaba. Llevo 23 años entrenando y soy consciente de que la construcción de un equipo de alto rendimiento requiere tiempo. Como no se vio al mejor Zamora en las primeras jornadas de la temporada que llegué yo, ni al año siguiente, incluso habiendo menos cambios que ahora. El año pasado mantuvimos a 17 futbolistas. Este es el año que más cambios ha habido desde que estoy aquí. Teniendo en cuenta también que hay lesionados de larga duración y eso requiere tiempo. El año pasado no alcanzamos nuestra mejor versión en las primeras semanas y este no va a ser una excepción, con el agravante de que cuantos más integrantes nuevos hay, más tiempo se necesita.

–Va a ser su cuarta temporada, ¿cómo la afronta a nivel personal?

–Muy ilusionado. Consciente y conocedor del entorno y de las posibilidades del club. Cada año está todo más optimizado y me siento ilusionado, y con confianza, sabiendo las dificultades por las que vamos a pasar.

–¿Se siente el líder este proyecto?

–No sé cómo me ven los demás. Yo creo que el liderazgo es algo que debe ser compartido. A mí me toca tener una parte activa de ese liderazgo, pero esto no sería posible sin otros aspectos como el que ejercen los capitanes o el papel de los futbolistas que llevan más tiempo en el equipo y que han sabido transmitir el legado del Zamora estos últimos años. También está el liderazgo que ejercen desde la dirección deportiva; el de la presidencia… Creo que hay muchos liderazgos y yo ejerzo alguno de ellos, pero no el único. Es cierto que el entrenador, por el tema de las ruedas de prensa semanales, es el portavoz del estado del equipo, y a mí me gusta hacerme responsable de las derrotas, pero creo que cada triunfo es algo compartido entre todas las personas que integran el club, muchas de ellas no salen en los medios y tienen una participación muy activa. Liderar es inspirar y todas las personas estamos capacitadas para inspirar a otros.

–El año pasado se habló mucho de la filosofía Ubuntu, que siguen el vestuario, ¿ha conseguido inculcarla ya entre los nuevos?

–Que haya esa sensibilidad desde el entorno, los medios, los aficionados… me dice que es una filosofía que ha llegado mucho más allá del vestuario. Es una filosofía de vida. No solo es Ubuntu, sino que hay una serie de palabras, de canciones que nos representan. Han sido antiguos jugadores los que han transmitido a los nuevos los valores, comportamientos, referencias y momentos memorables que deja el Zamora de años anteriores. La verdad es que la construcción del equipo se está haciendo en base a lo vivido, y a aquello que nos identifica como equipo. Tengo que destacar que jugadores que llevan ya tiempo hicieron una exposición bestial, sobre una hora, con imágenes, vídeos, explicaciones… que nos llegó a emocionar a todos, tanto a los que lo hemos vivido como a los que han llegado nuevos. Los fichajes nos transmitieron su voluntad de formar parte de esto, y construir momentos tan especiales como los que se han creado hasta la fecha, algunos visibles para la afición y otros que quedan en la intimidad del vestuario.

–Cuesta creer que en grupos tan grandes todo sea idílico, que todo el mundo se lleve bien.

–Uno de mis mentores decía “no solo tenemos que tolerar la diversidad sino celebrarla”. Celebrar que somos personas diferentes, con valores diferentes, culturas diferentes… Celebramos esta diversidad, la aceptamos y construimos en base a ello. Es una de las fuerzas que hemos tenido hasta la fecha y es algo que necesita también tiempo. Para rendir como lo hicimos temporadas pasadas, necesitamos ese tiempo que es ineludible y que forman las relaciones de calidad. En los cuatro años que voy a hacer aquí presumo de una fuerza de equipo bestial, en todos los sentidos.

–El Zamora CF es uno de los cuarenta equipos que estrenará la Primera RFEF, se prevé muy dura por el nivel de los rivales.

–Yo diría exigente más que dura por las connotaciones. Igual que será exigente es ilusionante por los equipos que van a venir al Ruta, estadios que vamos a visitar, por las capacidades individuales de los futbolistas a los que nos vamos a enfrentar, por los entrenadores que hay porque conozco unos cuantos, y hay un nivel muy importante, y somos conscientes del reto que tenemos por delante, que es mayúsculo y el más grande que hemos tenido hasta la fecha.

–¿Un reto mayor que el play-off a Segunda A?

–Sin duda. Estamos hablando de 38 jornadas. Almendralejo era un partido complicadísimo por el entorno, por el rival… pero eran noventa minutos, y es más difícil competir 38 jornadas ante rivales del potencial del Badajoz o más.

–Sigue siendo el tercer escalón del fútbol español, pero a un nivel mayor.

–Para alguno que discrepa sobre si es o no un ascenso, lo veo muy claro. Nosotros estábamos en una categoría que desapareció, y podíamos haber militado una o dos categorías por debajo, o una o dos por arriba. Podíamos haber bajado a Tercera RFEF (dos menos), a Segunda RFEF, que hubiéramos bajado una, o podíamos ascender a Primera RFEF, que es lo que hicimos, o a Segunda División A.

–Si se mira así, lo que nunca se podía era lograr la permanencia.

–Por eso. No podíamos quedarnos en la misma, o bajabas o subías.

–¿Qué objetivos se marcan o les han pedido desde la Presidencia?

–He sido taxativo sobre lo que me han pedido y es dejar cinco equipos por debajo. Salvar la categoría. Cuando renové es lo que pregunté, y me dijeron que asentarnos, salvarnos. Mantener al equipo en Primera RFEF después de dos ascensos consecutivos es un reto mayúsculo, y sería una grandísima noticia que Zamora esté la temporada que viene en Primera RFEF. Si somos capaces de lograrlo, vamos a celebrarlo como procede.

–¿Qué pueden prometer a la afición?

–Es recurrente el tema del número, de los 3.000 socios. Entiendo que para el club es el objetivo y un reto ambicioso, y que va a ayudar. Pero en el aspecto deportivo el tema numérico no reclama mi atención porque soy más partidario de que haya 1.500 viviendo el partido, animando, arropando y empujando al equipo que 6.000 comiendo pipas. Para mí es más importante que la gente que vaya al Ruta viva el partido con el equipo que el número de aficionados que vengan. Respecto a qué se les puede prometer, es que este equipo se va a ir acercando y va a ir construyendo la misma identidad que nos ha definido y caracterizado los últimos tres años. Ese es el reto que tenemos y creo que todo zamorano se siente orgulloso de este equipo, más allá de los hitos logrados. Sentir cómo la gente va a Almendralejo y ovaciona al equipo después de caer eliminado es lo que representa lo que queremos ser, que los aficionados sepan que este Zamora va a volver a defender su escudo con orgullo, con sentimiento de pertenencia y una identidad muy definida. Nos va a costar tiempo, pero lo vamos a lograr.