Los escaladores zamoranos Félix Ramos y Jorge Manrique, del Club Montañero Benaventano y del Grupo de Montaña Cimas, respectivamente, con la colaboración de la Clínica Dental Cifuentes, viajaron un año más a las montañas alpinas y pirenaicas con nuevos proyectos en sus mochilas.

Félix Ramos y Jorge Manrique, en una ascensión. | Cedida

La meteorología inestable con lluvias continuas y nieve en altura no les permitió escalar en las montañas del entorno de Chamonix y Dolomitas, por lo que los escaladores zamoranos se desplazaron al sur en busca condiciones meteorológicas más benignas en el macizo alpino de los Ecrins. Estas montañas son muy conocidas por los amantes de la escalada en hielo por largos y famosos itinerarios helados.

No obstante, en verano también albergan grandes escaladas en roca caliza, gneis y granito con impresionantes vistas sobre los glaciares alpinos. Allí, los montañeros zamoranos enlazaron cuatro largas jornadas de escalada en los lugares más representativos de la zona destacando la afilada Aiguille du Dibona, la mole calcárea de Tete d’Aval o el Petit Sagnette.

Más conquistas para Félix Ramos y Jorge Manrique

Después de las ascensiones alpinas, ya de camino a España, se desplazaron hasta los Pirineos, donde se propusieron escalar tres grandes vías. En esta ocasión eligieron la impresionante cara norte de la Torre de Marboré, en el tercer muro del circo de Gavarnie, aprovechando la poca nieve que había y que permitía escalar la pared en seco.

Además, subieron dos de las paredes más imponentes del Pirineo; la pared de Aragón en el congosto de Montrebei y el pilar de Cotatuero en Ordesa, donde la ola de calor les obligó a realizar las aproximaciones de noche para comenzar las escaladas antes del amanecer. Todas las vías de escalada tenían longitudes entre los 300 y 570 metros de recorrido con dificultades máximas en torno al 6c.

En total los alpinistas zamoranos han sumado más de 3000 metros de escalada en siete vías en los dos macizos.