El zamorano Diego Bravo no tuvo ayer su día en los 5.000 metros lisos del Europeo Sub 23 y tuvo que conformarse con la décimo cuarta y última plaza de la carrera en la que participó en Tallinn. Bravo era el primer zamorano en competir en un Europeo en la categoría promesas pero estuvo muy lejos del gran momento de forma que presentó hace algo más de un mes cuando consiguió la marca mínima que le permitió acudir al Europeo (13´44). Una marca a un sólo un segundo de la que consiguió su compatriota Aarón de las Heras para terminar segundo y subcampeón de Europa en la carrera disputada en la tarde de ayer en la capital de Estonia.

Ya desde los primeros metros del 5.000 pudo comprobarse que Diego Bravo no estaba en su mejor momento ya que se situó junto al tercer español, Antonio López, en la cola del grupo de atletas que se mantuvo compacto durante el primer kilómetro. Pero pronto se desataron las hostilidades con el fuerte ritmo que impuso el alemán Mohamed Mohumed y que puso en fila india a todos los corredores.

Bravo pasó el 2.000 en 5´40 cerrando la carrera junto a Antonio López y poco a poco fue cediendo terreno hasta quedarse completamente solo en el último puesto, y más tras el abandono del británico Leonard. El zamorano pasó el 3.000 en 8´34 y el 4.000 en 11´47 hasta ser doblado por los tres primeros clasificados en los últimos 200 metros.

El discípulo de Uriel Reguero cruzó finalmente la línea de meta en un tiempo discretísimo de 15´04.66 que le otorgaba el puesto 14º aunque una vez sumadas las marcas de la final B, se quedó relegado al 27º.

Muy distinto fue el rendimiento del salmantino Mario García Romo que consiguió la medalla de plata en la final de 1.500 metros con un tiempo de 3:40.11, por detrás del belga Ruben Verheyden (3:40.03).

En una carrera táctica, el que fuera corredor del Vino de Toro Caja Rural antes de desplazarse a estudiar a Estados Unidos, García Romo sostuvo un cerrado pulso con Verheyden en la recta. El salmantino, que llegaba con la mejor marca de la temporada entre los finalistas (3:35.79), no pudo con la mejor punta de velocidad de su adversario.

España pulverizó este sábado en Tallin, a falta de una jornada para la conclusión de los Europeos sub-23 de atletismo, su récord de medallas en la competición y encabeza el cuadro con 13 preseas (3 oros, 5 platas y 5 bronces), tres por encima de su mejor cosecha anterior, que databa de Amsterdam 2001. A la cabeza de la actuación española, que sumó ocho metales en un solo día, el pamplonés Asier Martínez se proclamó campeón de 110 metros vallas con un crono de 13.34 -viento contrario de 1,6- y el valenciano Enrique Llopis se colgó la medalla de bronce con 13.44.

Actual subcampeón de España, a una sola centésima del subcampeón olímpico Orlando Ortega, el navarro abandonó los tacos de salida en 169 milésimas, tomó la delantera a la altura del cuarto obstáculo y terminó venciendo por seis centésimas al belga Michael Obasuyi. Asier es el primer atleta español que consigue el título europeo sub-23 en esta prueba, en la que habían sido subcampeones Luis Felipe Vivancos (2001) y Javier Colomo (2015).

Por detrás, Quique Llopis, el más rápido en la salida (154 milésimas), batió por una sola centésima al británico Tade Ojora.

La de Asier Martínez era la tercera medalla de oro para España en Tallín, después de las conseguidas por el aragonés Eduardo Menacho en 10.000 metros y por el andaluz José Manuel Pérez en 20 km marcha.