Fue Mikel Oyarzábal el que marcó desde los once metros el tanto que rubricó el triunfo de España ante Suiza pero fue el portero, Unai Simon, el que facturó el equipaje del conjunto de Luis Enrique hacia Londres. El meta del Athletic, tal y como ocurrió con Iker Casillas contra Italia, en la tanda de Austria y Suiza 2008, el que se atavió de héroe para avanzar en el torneo y situarse a un paso de la final. Un buen presagio. España ganó aquél evento. España jugará en Wembley.

Aquella vez, hace ahora trece años y con Luis Aragonés en el banquillo, la roja salió airosa de la cita de cuartos en el estadio Ernst Happel de Viena después de un duelo contra Italia, cerrado, sin goles. Casillas frustró las ilusiones transalpinas al detener los tiros de De Daniele De Rossi y de Antonio Di Natale ganó en los penaltis. Cesc Fábregas rubricó la clasificación. Rusia llegó después, más tarde Alemania y la Copa. Pero nada hubiera sido igual sin aquellas paradas de Iker.

Seguramente España no estaría ahora en Wembley sin la actuación de Unai Simón, un meta de 24 años enraizado en la localidad zamorana de San Marcial, que explotó en la temporada anterior y que en esta empezó a sembrar dudas.

El meta de Vitoria se ha hecho fuerte en el arco de la Roja. Un lugar que busca inquilino fijo después de la época marcada por Casillas. Un carrusel de candidatos se han puesto bajo los palos de España. David De Gea o Kepa Arrizabalaga. Ninguno, por una cosa u otra, se estableció.

Simón aprovechó el tirón de su buena campaña en el Athletic y el atrevimiento de Luis Enrique para no salir de la meta. Los partidos previos a la Eurocopa levantaron sospechas sobre el portero del Athletic, que bajó el nivel en su club. Llegó con ruido la situación del arco. De Gea, Robert Sánchez.. Pero el seleccionador mantuvo la fe y su apuesta.

Cierta inseguridad y un error garrafal ante Croacia señalaron al portero de padre zamorano. Un pase atrás de Pedri, un mal control y la pelota dentro de la propia meta. Unai quedó señalado.

En contra de lo esperado no tembló. Había protagonizado paradas de mérito ya a lo largo del torneo como una buena acción ante Robert Lewandowski, pero fue contra los croatas donde se consolidó después del fallo aquél.

Salvó a España en el tramo final del partido y también en la prórroga. Tres paradas de portero grande, del que da puntos, sostuvieron a su equipo hasta que la selección se desató. Después llegó San Petersburgo y los penaltis.

Nada pudo hacer en el tirado por Mario Gavranovic. Pero sí atajó el segundo, tirado por Fabian Schaar, y el tercero ejecutado por Manuel Akanji. Después Rubén Vargas lo mandó a las nubes.

El portero español lo celebró a lo grande. La elección como el mejor del partido subraya la aportación del meta que tiró de euforia para sacar de dentro toda la tensión. “Es verdad que me he venido un poco arriba. Es lo que me pedía el cuerpo. Fue un momento de euforia. He sacado la rabia que tenía dentro”. Palabra de Unai Simón.

La historia se repite

La selección española se reencontró con la fortuna en la tanda de penaltis y, como le ocurrió en los cuartos hace trece años en Viena ante Italia, certificó su clasificación para la penúltima ronda de la Eurocopa 2020 merced a las penas máximas.

La suerte que le había sido esquiva los encuentros precedentes, con cinco tiros seguidos marrados, y la que le supuso la eliminación en el Mundial de Rusia 2018 ante el conjunto anfitrión, volvió a ser aliada de la Roja.

Hace ocho años la tanda ante Italia en el Ernst Happel fue el fin de una maldición y el comienzo de la época más dorada del fútbol español. Entonces uno de los héroes fue Iker Casillas. En esta ocasión ha sido Unai Simón.

El excapitán de la selección rápidamente se manifestó en las redes: “Grande Unai Simón!! Top”, mientras que el que marcó el penalti definitivo entonces, Cesc Fábregas, señaló “El inicio de algo importante. Estoy seguro!! Enhorabuena chavales. A seguir!!

La de San Petersburgo fue la sexta tanda de penaltis ganada por España en su historia en una gran competición internacional, dos más que las perdidas, mientras que Suiza empeora su balance con tan solo una ganada y cinco perdidas.

España domina la estadística

La selección española domina numerosas clasificaciones de la Eurocopa gracias a un sello innegociable que le hace liderar la posesión, la precisión en el pase, el robo de balón gracias a su presión y el número de goles, doce en cinco encuentros, pese a reencontrarse en cuartos de final con su falta de pegada.

La estadística de los cuartos de final de la Eurocopa dieron como clara vencedora a la selección española, aunque en la realidad su ejercicio de dominio fuese improductivo ante una Suiza que exhibió fortaleza, y el equipo de Luis Enrique se citó, dos partidos después, con uno de sus males, la falta de pegada que marcó su inicio de torneo.

Un solo gol en 27 remates es un dato tan preocupante como la falta de estabilidad defensiva cuando el rival supera la presión. Un tanto encajado en dos disparos recibidos en todo el partido por Unai Simón y, el gol, fruto de un regalo imperdonable en una fase final. España lo intentó de todas las formas posibles pero se topó con Yann Sommer en sus diez disparos a puerta, marcando en uno que no fue computado por golpear el chut de Jordi Alba en Denis Zakaria, al que UEFA dio la autoría del tanto. Solo Italia, próximo rival de la selección española en semifinales, dispara más a la portería de sus rivales, hasta 101 por 95 de España.