Existen pruebas deportivas de lo más exigentes en diversas disciplinas. El Dakar o la Titan Desert son buenos ejemplos de ello, como también lo es la Travesera Integral de los Picos de Europa. Una cita que para muchos está catalogada como la carrera de montaña más dura de España y una de las más complejas del mundo, ya que en ella se recorren nada menos que 74 kilómetros con un desnivel acumulado de nada menos que 13.000 metros. Un desafío que afrontó y superó con éxito David de Uña Jimeno, socio de la Agrupación Montañera Zamorana que no solo logró cruzar la línea de meta situada en Arenas de Cabrales, objetivo no alcanzable para cualquiera, sino que lo hizo entre los primeros clasificados.

En el caso que nos ocupa, el socio de la Agrupación Montañera Zamorana consiguió vencer todas las dificultades que se le presentaron. Pasó por los lagos de Covadonga y superó el Jou Santo de noche, para acometer la peligrosa bajada a Caín, por los cortados de Mesones. Allí disfrutó de un avituallamiento sólido, tras 5 horas y media de exigencia física.

El zamorano con los Picos de Europa detrás. | Cedida

Tras este breve asueto, David de Uña volvió a retomar la prueba con el ascenso por el terrible canal de Dobresengos, con casi 2.000 metros de subida, buscando el amanecer y las bonitas vistas del Naranjo de Bulnes desde la Horcada de Caín. En el refugio de Urriellu, recibió el apoyo de amigos y pareja, sufriendo con la emoción un pequeño traspiés tras coger un nuevo avituallamiento. Un susto, pues se le veía entero y apenas perdió tiempo para seguir su camino, dando la vuelta al Naranjo, en busca de la nieve que aún cubría partes del recorrido al paso por la Collada Bonita.

El pasado sábado día 12 de junio, a las 00:00 horas, dio comienzo la prueba. Unos 450 corredores de todas partes del país se dieron cita en el parking del Repelao de Covadonga, a los pies de la Santina para tomar la salida de una prueba desarrollada bajo un riguroso control sanitario, en el que cada atleta tenía que cumplir las normas de seguridad bajo riesgo de descalificación y situarse en su punto asignado para emprender la carrera. Allí comenzó la aventura de David de Uña, pues esta carrera es eso una lucha y un disfrute en el que avanzar también implica superar impedimentos. Y no solo piedras, desnivel, bosques o lagos... también los nervios, el sueño, el cansancio o el dolor de articulaciones. Todo eso que hace mella en el cuerpo y la mente de un corredor en este tipo de competiciones en el que nunca todos los que emprenden el camino llegan a su final.

El socio de la AMZ realiza un vertiginoso descenso. | Cedida

Impulsado por los ánimos de su última parada y pensando en llegar al punto de cambio de ropa y zapatillas que se puede realizar en las Vegas de Sotres, David de Uña mantuvo el ritmo y alcanzó este punto para, con nuevos bríos, enfrentarse después al temible canal de Jidiellu, que si bien no es la mayor subida del recorrido, sus más de 1.000 metros de ascenso son de lo más duro tras acumular 48 kilómetros en las piernas

Lejos de verse afectado por la exigencia, el zamorano mantuvo firme su avance, como si no sufriera fatiga alguna, para realizar una espectacular remontada en este tramo superando a más de veinte corredores para situarse en el Top 100 de esta aventura. Un desafío que continuaba con los últimos 14 metros por la sierra de Portudera. Un tramo de constantes altibajos donde la mayoría de corredores se vacían.

De Uña consiguió que sus fuerzas apenas se vieran mermadas, mostrando su corazón de aventurero para enfilar de forma magistral el descenso de la calzada de Caoru, donde dejó atrás a otros diez corredores para alcanzar la meta en 90º lugar (48º Veterano A), con una marca de 16 horas 35 minutos, que fue lo que tardó este titán zamorano en doblar completar esta carrera y domar los Picos de Europa.