Cuando uno pasa por San Marcial y se detiene para tomar un refrigerio en el Bar El Cruce, lo menos que podrías esperar encontrarte es que la decoración de este establecimiento esté prácticamente dedicada al portero del Athletic Club y de la selección española, Unai Simón. A no ser que seas uno de sus habitantes, o residente en un pueblo vecino, y sepas que para el cancerbero de España este pueblo es como su hogar. No en vano, allí pasó los veranos en su niñez antes de convertirse en uno de los referentes futbolísticos de nuestro país.

Unai Simón es vasco de nacimiento pero gran parte de su corazón es zamorano. Es natural, no deja de ser el pueblo de sus abuelos paternos, que todavía hoy residen en una de las casas cercanas a la plaza de San Marcial. Un pueblo pequeño del municipio de El Perdigón donde el apellido Simón es sinónimo de éxito, comenzando por su padre cuyos éxitos en el deporte de la orientación son bien conocidos, o del afamado periodista de El Mundo, también familia suya. Aunque ahora, sin duda, el vecino más ilustre de esta localidad con cerca de 150 habitantes es el joven arquero de 23 años.

Javier Martín, dueño de El Cruce, posa con la camiseta del Athletic Club cedida por Unai Simón a su vecino de San Marcial. Emilio Fraile

Por famoso, que lo es, Unai no ha perdido un ápice de su sencillez. O al menos eso relatan en el pueblo, donde la Peña Unai Simón se reúne siempre que puede para apoyar a su vecino a través del televisor. “Es un orgullo que sea nuestro vecino y no por ser el portero del Athletic o de España, porque siempre ha sido un gran chaval”, asegura Javier Martín, dueño del Bar El Cruce donde los seguidores del meta tienen su punto de encuentro.

Unai Simón, en un partido con la selección española de fútbol. | Europa Press

“Es un extraordinario joven, tiene buen gesto con todo el mundo y los chicos le adoran”, afirma Martín, señalando que la última vez que Unai Simón pasó por el pueblo “reunió a todos los niños y niñas y se los llevó a una era a dar unos toques”. Una acción que seguro hizo terriblemente feliz a más de uno de esos pequeños y pequeñas futbolistas que sueñan con seguir sus pasos hasta un fútbol profesional que ahora mantiene al vasco alejado de este enclave.

Uno de los muchos elementos decorativos dedicados a Simón en el bar de la localidad zamorana | Emilio Fraile

El meta de la selección española no ha dejado de pisar por el pueblo de su infancia, pero lo hace con mucha menos frecuencia a medida que pasan los años. Resulta lógico, su relevancia en el panorama internacional no para de crecer y los compromisos futbolísticos son más y más para el joven vasco.

“El verano pasado apenas pudo pasar dos o tres días por aquí”, recuerda Javier Martín, apuntando que “cuando puede pasa a ver a sus abuelos” y hace una visita a sus amigos de la infancia en San Marcial pero “es su padre el que viene por aquí mucho más a menudo”. Pese a todo, en esas fechas por las que se deja caer, Unai Simón no se encierra en casa con sus abuelos y sale a reunirse con esos vecinos con los que pasó tantos veranos. “Creo que le gustaría venir más”, aseguran en el Bar El Cruce, donde el cancerbero del Athletic Club pasa el rato y juega a las cartas. Especialmente al mus, como buen vasco y vecino de la localidad zamorana que es.

Pero antes de hacer la seña de duples, guiñar el ojo o incluso de intentar ganar en esas partidas de dominó tan típicas de esas tierras, Unai Simón vivió una infancia mucho más deportiva en San Marcial. Una en la que no faltó el fútbol, pero también otras actividades propias de esos largos veranos en la provincia de Zamora. “Venía todos los años y se pasaba el tiempo de arriba para abajo con la bicicleta, como el resto de los jóvenes de su edad”, explica el dueño del Bar El Cruce, donde si bien no hay fotos del portero cuando era más chico sí que permanece el recuerdo de sus estancias estivales.

“Las vacaciones de verano siempre las ha pasado aquí”, insisten, recordando también aquellas calurosas tardes en las que toda la chavalería, incluido el actual cancerbero de la selección española, bajaba al frontón a dar patadas al balón “porque es el único sitio para jugar al fútbol que hay en este pueblo”.

Un escenario humilde, como el propio municipio, que tardó años en poder contar con agua potable. Un problema que también conoció de primera mano Unai Simón, al que los fotógrafos de aquella época retrataron ayudando a sus abuelos a llenar garrafas aprovechando la visita del camión cisterna de turno. Porque, por lo que relatan, ayudar en las tareas y ayudar a los vecinos no le importaba. Ni mucho menos.

Imagen de la plaza de San Marcial, pueblo en el que pasaba los veranos Unai Simón de joven. Emilio Fraile

Los años han pasado y ahora, el agua no es insalubre en San Marcial como tampoco en su frontón deja estiradas para el recuerdo Unai Simón, si bien las paradas del portero siguen siendo comentadas por familiares, amigos y vecinos, cuya nueva tradición es juntarse para disfrutar de sus actuaciones sobre el verde a través de la televisión.

En los partidos del Athletic intentamos reunirnos siempre unos cuantos para poder verlo”, destaca Javier Martín, que cuenta frente a la barra del bar con una camiseta enmarcada de “los leones” con el número 26 y el nombre de Unai Simón, portando la zamarra en su hombro nada menos que el logotipo de la Liga Europa. Un regalo del cancerbero que preside una decoración en la que no faltan fotos con los colores del club de Bilbao, la selección e incluso un póster con la plantilla del plantel rojiblanco con las firmas de todos sus futbolistas. Una selección de objetos a la que el dueño del establecimiento pretende añadir, dentro de poco, un gran vinilo también dedicado a su vecino.

Por ahora, son pocos los que se acercan a seguir las andanzas de Unai Simón a través del televisor en este bar de San Marcial pero, no deja de ser normal. Primero, por la pandemia, y después porque, a lo largo de esta temporada, “el Athletic ha jugado casi siempre los lunes”, y es difícil que haya gran actividad en el pueblo más allá del fin de semana.

Sin embargo, la llegada de la Eurocopa puede hacer que el centro neurálgico de la Peña Unai Simón se quede pequeño porque, si algo despierta pasión en los aficionados, es la selección y el verano trae consigo la vuelta de varios vecinos a este municipio y a los colindantes, esos en los que también pasó su juventud el actual portero del combinado de Luis Enrique y en los que hizo amigos en fiestas y verbenas.

No será de extrañar que, dentro de unas semanas cuando arranque el torneo continental, haya quien se acerque hasta esta pedanía de El Perdigón para vivir de cerca el concurso de España en una Eurocopa en la que Zamora tendrá representación gracias a Unai Simón, aquel niño vasco que estaba deseando cada curso que llegara el verano para ir a San Marcial a ver a sus abuelos y dar patadas al cuero en el frontón.