Ricardo Margareto dirá adiós al Balonmano Zamora en una semana, cuando concluya la temporada 20-21 en la que la plantilla del Rutas del Vino ha conseguido la permanencia en División de Honor Plata. El entrenador, que tomó las riendas del primer equipo pistacho este curso tras estar dos años como segundo técnico y al frente del filial, admite estar desilusionado por la decisión que la directiva le comunicó hace ocho días de no renovar su confianza en él. El vallisoletano considera que se han cumplido con los objetivos marcados en una temporada “muy complicada” con lesiones, COVID-19 y muchas caras nuevas en el vestuario. Aun así, lo respeta.

–¿Cómo se encuentra?

–La noticia que me dieron el pasado viernes no es fácil de digerir en poco tiempo, pero estoy con ánimo de seguir hacia adelante y con ganas de tener otras metas y otros proyectos.

–¿No se esperaba nada?

–No. Ha sido una temporada en la que hemos tenido una progresión muy grande como equipo. Después de todas las lesiones y la problemática del COVID, el objetivo de la salvación se podía ver negro hace tiempo, pero día a día y todos juntos hemos partido de un equipo nuevo a otro conjuntado, con cohesión de grupo y grandes resultados en esta segunda fase.

–¿El objetivo que le marcaron o exigieron fue solo la permanencia?

–El objetivo era crear un equipo para esta temporada después de tantos cambios con gente que se había ido a otros clubes o retirado. Sobre todo, era crear un equipo competitivo y sabíamos que si conseguíamos eso lograríamos la salvación.

–¿Considera que ese objetivo se ha cumplido?

–Sí. No hemos descendido. Es cierto que hemos tenido partidos en los que no hemos estado a la altura por circunstancias que no puedes controlar como es que hemos sufrido muchas lesiones, ha habido partidos que no hemos tenido tres primeras líneas, y ha habido partidos en los que muchos jugadores no podían estar, y no solo en partidos sino también en entrenamientos. Luego, cuando hemos estado todos, se ha demostrado que somos un equipo competitivo y que el grupo ha ido más.

–¿Les rebatió la decisión o la aceptó sin más?

–A mí me lo dijeron y les dije que no estaba de acuerdo pero que lo respetaba.

–Cuando le trasladaron la decisión quedaban tres partidos de Liga y ahora dos, aunque bien es cierto que sin nada en juego. ¿Cree que podían haber esperado a concluir la temporada?

–A nadie le gusta saber esto, pero yo tengo un contrato con el Balonmano Zamora y mi trabajo siempre lo he cumplido a rajatabla y así va a seguir. Soy profesional de esto y voy a cumplir el contrato hasta el final, tratando de ganar los partidos que nos quedan para intentar quedar lo mejor posible dentro de la clasificación.

–¿Los jugadores se sorprendieron cuando se lo comentó?

–Sí porque la dinámica es muy positiva y no lo entendían. Pero bueno… eso no es algo que yo te tenga que responder porque no ha sido una decisión mía.

–¿Cómo ha sido su paso por el Balonmano Zamora?

–Yo he estado dos años como segundo entrenador, ayudando a Leo (Álvarez), y también era el técnico del segundo equipo y llevaba además el infantil autonómico.

–¿Va a seguir en la estructura del club o vinculado de algún modo?

–No. No me han propuesto nada.

–¿Cómo se presenta el futuro?, ¿qué planes tiene?, ¿ha recibido llamadas?

–Ahora mismo no pienso en el futuro, sino en acabar la temporada. A partir de ahí decidiremos.

–¿Con qué sensación se va?

–Es un sentimiento de desilusión.

–Han sufrido muchas lesiones esta temporada y también aplazados por los casos de COVID, un año complicado en ese aspecto, sobre todo en la primera parte.

–Considero que han sido dos temporadas en una. Nunca sabías lo que iba a pasar al día siguiente, pero siempre estábamos dispuestos a dar todo por el club, lo mejor de nosotros. Hemos estado al pie del cañón todo el año en una situación nueva y difícil. Hay que recordar que los jugadores no son profesionales y dependían de muchas cosas para poder jugar. Ha sido una campaña dificilísima y muy dura, pero estoy contento del trabajo que hemos hecho en una temporada así.

–¿Se arrepiente de algo?

–No. Mi seña de identidad es trabajar y he trabajado dando el 120% de mí, y más en esta situación. Siempre he mirado lo mejor para el equipo y así lo seguiré haciendo. Esté donde esté y en el trabajo que esté. No sé hacer las cosas de otra forma, sé trabajar y dar el máximo. A partir de ahí ser yo, como siempre e intentar darlo todo.

–Quedan dos partidos para acabar, hoy juegan en Bordils sin nada en juego, ¿cómo afronta este encuentro?

–El equipo está en un gran momento, y vamos a dar todo hasta el final. Iremos a ganar todo lo que queda.