Derrota sin paliativos para un CD Benavente muy necesitado que vistaba el feudo del líder CD Ribert con el objetivo de dar la campanada y sumar algo positivo, pero que se marchó de tierras salmantinas con una derrota muy clara y no muy buenas sensaciones en cuanto a su fútbol. El equipo tomatero mostró muy poco en ataque y su esquema ultra defensivo apenas si aguantó hasta el ecuador del primer periodo, cuando encajó el primer tanto. Después estaría desaparecido en lo ofensivo, hasta el paso por los vestuarios pero también en la segunda mitad, y por contra recibió dos goles más.

Todo quedó muy claro desde el principio, el Benavente enseñó sus cartas con el pitido inicial y montó dos nutridas líneas defensivas que jugarían siempre muy pegaditas, sin apenas distancia entre ellas y muy cerca de la ficticia seguridad de su guardameta.

Por contra el Ribert, que mantiene una estadística impoluta como local, saltó al terreno de juego mordiendo con una línea de tres centrales y tres hombres claros de ataque en busca del gol. Rápidamente los locales sehicieron con la posesión de la pelota y prácticamente durante el primer tiempo jugaron en campo contrario, ante un conjunto zamorano que se mantenía ordenado y exhibía contundencia y seguridad a la hora de despejar. Sin embargo con el correr del reloj se intuía que eso no alcanzaría ante un oponente de tanta entidad, porque el equipo visitante no tenía la pelota y cuando conseguía tenerla le duraba apenas unos segundos, sin ni siquiera de montar un rápido contragolpe o de alcanzar las inmediaciones del área rival para poder tener una ocasión a pelota parada o producto de la estrategia.

Así, en el ecuador del periodo y tras varias llegadas por banda con centro a la cocina de Lama y David Moreno aunque sin rematador, se veía el primer gol de la tarde. Curiosamente en esta ocasión en una jugada colectiva por dentro con remate final de Silos.

De ahí al descanso el dominio local siguió siendo abrumador ante un Benavente que no se atrevió a salir de la cueva pero que tampoco pasaría por excesivos apuros.

En el segundo periodo no hubo grandes cambios y el planteamiento de ambos onces siguió siendo el mismo de la primera. El Benavente de nuevo buscó el orden y en cierta medida lo consiguió, pero una vez más estuvo romo en ataque y aunque en este periodo se estrenó chutando dos veces fáciles para el portero, no sería suficiente siquiera ni para inquietar a su rival.

Al Ribert le bastó con no bajar el nivel en la presión sobre pelota para seguir haciendo daño a un Benavente que con el paso de los minutos notaría mucho el cansancio físico y que prácticamente terminó desfondado después de defender durante noventa minutos.

El segundo gol local llegó después de una gran jugada por el costado de Gustavo Carmona, que llegó hasta línea de fondo para dar un pase de la muerte perfecto que aprovechó Raúl calvo para marcar a placer. Mientras que en el tercero Gustavo volvió a tener protagonista con otra colada desde la banda hasta el área, donde le salió el portero visitante a un mano a mano desesperado en el que fue regateado por un Gustavo Carmona que marcó a puerta vacía.