El K4 500 español, formado por Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, comparte en Trasona su optimismo y ambición por unos JJOO de Tokyo a los que irá tras probarse en la Copa del Mundo de Szeged en diez días, con un cambio de posición en la embarcación y con la opción aún sin confirmar de que Craviotto acompañe a Arévalo en K1 200. El entrenador del combinado español de piragüismo, Miguel García, fue el encargado de anunciar las novedades y es que, aunque el K1 quedó decidido en el selectivo y le corresponde a Carlos Arévalo, el hecho de que Craviotto “siga picando hacia arriba” hace que siga sobre la mesa la opción de presentar dos embarcaciones.

Miguel García, preparador del equipo de velocidad español. / RFEP

“Nuestro objetivo principal en este ciclo olímpico es formar el mejor K4 posible y no nos queremos desviar de esa premisa. Si realmente estamos en opción de conseguir medalla, saldremos con dos embarcaciones en K1 y si no, no. Lo decidiremos en el último momento”, explicó García. Craviotto también bromeó sobre esa posibilidad, a la que se refiere “como un plan B” que si se puede hacer por fecha y horario le servirá “para ponérselo difícil a un Arévalo que ahora es el número uno, y el que más anda en esa distancia”.

El K4 español tendrá una prueba antes de la cita olímpica, la Copa del Mundo de Szeged y servirá, según el propio Craviotto, para “quitar el gusanillo, tomar contacto y sacar información valiosa” de cara unos JJOO en los que Alemania es un competidor fijo por el oro pero se suman embarcaciones potentes a la pelea como Rusia, Bielorrusia, Portugal o Hungría.

El equipo español, que lleva desde agosto de 2019 sin competir, se ha adaptado ya a los cambios federativos que marcan la longitud y el peso de la embarcación: la de los españoles, que al ser nueva ha permitido introducir variaciones, no podrá medir más de 11 metros ni pesar menos de 30 kilos.

Arévalo, que debuta en unos JJOO tras llegar en un gran estado de forma a la cita, fue el encargado de explicar su cambio de posición con Marcus Cooper en la embarcación, variación con la que han logrado mejorar el crono ya que se “se adapta a las formas de palear de cada uno” y permite al combinado español “mejorar unas décimas”.

Para Cooper, que logró el oro en Río con el K1, competir con el K4 es un reto “más bonito y complicado” que el K1, que lleva un extra de atención al no depender solo de uno mismo y que afronta con más ambición si cabe.

El coruñés Germade, que se quedó a las puertas de la medalla en los últimos JJOO, llamó la atención sobre las condiciones de la cita: en una pista de agua salada, algo que ya la hace diferente a lo habitual, y en una bahía abierta, en la que el viento será protagonista e influirá en el reto de llevarse el oro.

Aún no hay fecha para el viaje a Tokyo, pero el propio García se mostró deseoso de que la posible designación de Craviotto como abanderado de España condicione positivamente la llegada del equipo de piragüismo al país nipón, una decisión que tomará la Junta de Federaciones a finales de mes y que para el propio Craviotto sería “como culminar la cima del olimpismo”.