El fútbol sala fue cruel con el Atlético Benavente. Después de un gran encuentro defensivo del conjunto de Chema Sánchez, dos dianas de los locales en el último minuto -Tortu a cuarenta segundos del final y Ureña a once- dejaron los puntos en casa del Atlético Mengíbar que, así, siguen aspirando al play-off.

La primera parte tuvo un nombre, el de Marcos Vara. Y es que el portero del Atlético Benavente firmó un recital de absoluta calidad, de reflejos, de lo que debe ser un arquero en el fútbol sala, por el que fue felicitado por todos sus compañeros al descanso.

Un necesitado Mengíbar, apurando sus opciones de play-off, salió a por todas creando oportunidades claras desde los primeros compases. Pero los de Chema Sánchez, sin presiones en la tabla, desplegaban contragolpes con peligro, y en uno de ellos una falta forzada por el ataque blanquiazul la acababa estampando en las mallas Iván Domínguez tras un rechace.

Desde ahí los rojillos aumentaron en su presión con una oportunidad increíble en un zapatazo raso de Miguelao que sacó Marcos con una mano abajo casi milagrosa. Como la que desplegó ante Vera después.

Los locales lo intentaron hasta de chilena, pudiendo empatar Dani Colorado con los visitantes ya con cinco faltas, cosa que tampoco aprovecharon al marrar Montes un doble penalti. Hizo méritos el Mengíbar, pero el Atlético Benavente ganaba y Malaguti, en otra contra, pudo incluso ampliar esa diferencia de 0-1 con la que se llegó al final del primer acto.

En el segundo periodo, después de un susto del local Ureña, Charlie recibía un buen balón pero su remate picadito por encima del arquero local se estrellaba en el poste. Pudo ser la sentencia, pero el Atlético Benavente falló y lo acabó pagando ante un Mengíbar desatado.

Dani Colorado volvía a probar a Marcos Vara por dos veces en el ecuador de la reanudación y el Atlético Benavente se veía obligado a redoblar esfuerzos atrás y dejar su ataque a contragolpes encomendados a la calidad de Malaguti. Una estrategia que permitió a los locales acumular ocasiones y al pívot visitante tener el 0-2 un poco ante de la recta final.

El choque parecía sentenciado pero, en el último minuto, se le vino el mundo encima a los benaventanos. Primero, la combinación de los locales acababa en chut raso de Miguelao con su zamarra de portero que Marcos no pudo sacar del todo, apenas dejando el cuero muerto a un metro de la raya para que Tortu remachara el 1-1. Sacó de centro la escuadra zamorana y a 25 segundos la tuvo Malaguti, fuera. Recuperaban los locales, construían su ataque y a once segundos de la bocina, el disparo lejano y raso de Ureña se le colaba a Marcos a su derecha. La locura en el pabellón de Mengíbar y dignísimo papel de un Atlético Benavente que cayó “in-extremis”.