El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha fichado como jefe de seguridad del club azulgrana al comisario de los Mossos d'Esquadra Ferran López, que dirigió a la policía autonómica en la etapa del 155 y que actualmente volvía a ejercer como número 2 en la cúpula del mayor Josep Lluís Trapero.

Según ha adelantado La Vanguardia y han confirmado a Efe fuentes cercanas a la operación, López, que en su juventud fue futbolista y llegó a jugar en Tercera División, se incorporará en los próximos días como nuevo responsable de seguridad del FC Barcelona, tras aceptar la propuesta de Laporta, que le sondeó hace semanas, como desveló entonces el digital El Món.

López, que ingresó en la policía catalana en 1990 y con el tiempo se erigió en uno de los comisarios de la máxima confianza de Trapero, asumió la jefatura de los Mossos en octubre de 2017, tras la destitución del mayor, y estuvo al frente del cuerpo durante la etapa del 155, lo que le valió críticas del independentismo.

De hecho, el comisario dimitió como jefe de los Mossos en junio de 2018, una vez Miquel Buch fue nombrado conseller de Interior, argumentando que había asumido el mando de forma "temporal y limitada".

Varias fuentes consultadas por Efe han destacado el papel clave que jugó López para evitar que la jefatura de los Mossos d'Esquadra quedara durante el 155 en manos ajenas a la policía autonómica, al aceptar el encargo de relevar a Trapero tras su destitución.

El papel de López fue determinante también para apuntalar en el Tribunal Supremo y en la Audiencia Nacional la versión de Trapero, que acabó siendo absuelto y restituido, de que los Mossos d'Esquadra pidieron al expresidente Carles Puigdemont que desconvocara el 1-O y le dejaron claro que siempre acatarían la Constitución, y que además diseñaron un dispositivo para detener al Govern tras la DUI.

Diplomado en Ciencias de la Educación y con un posgrado en dirección y gestión de la seguridad pública, López, de perfil dialogante, progresó en el escalafón interno de la policía catalana de forma paulatina y sin estridencias.

Tras ejercer como jefe del Grupo Especial de Intervención (GEI) hasta el año 1999, fue nombrado subjefe de la región policial de Ponent, en Lleida, hasta 2003, y posteriormente en 2006 ascendió a jefe de la Región Policial Metropolitana Sur.

El máximo responsable de los Mossos d'Esquadra durante el tripartito, el comisario Josep Milán, fue quien lo aupó a la cúspide de la policía catalana, donde se convirtió en uno de los principales nombres que se barajaron para encabezar la policía autonómica, si bien finalmente el entonces conseller Ramon Espadaler acabó nombrando en 2013 como comisario jefe a Trapero.

Con la irrupción de Trapero al frente de los Mossos, primero como comisario jefe y desde abril de 2017 como mayor, López se mantuvo como número dos, al principio como jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Central y luego como responsable de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial.

En pleno pulso entre la Generalitat y el Gobierno por la convocatoria del referéndum del 1-O, Trapero recurrió a López para que fuera él quien asistiera a las reuniones de coordinación del dispositivo policial para impedir la votación, que estaban dirigidas por el entonces alto cargo del ministerio de Interior Diego Pérez de los Cobos.

Durante todo el proceso judicial por el 1-O, López, que también fue imputado por un juez de Cornellà -aunque su causa acabó siendo archivada recientemente-, se mantuvo siempre al lado de Trapero, al igual que otro de sus comisarios de confianza, Joan Carles Molinero, actualmente portavoz uniformado del cuerpo.

Tras la absolución de Trapero y su restitución, el 12 de noviembre pasado, al frente de los Mossos d'Esquadra, el mayor volvió a situar como número dos del cuerpo a López, que se había mantenido en la cúpula en los breves mandatos de su sucesor, Miquel Esquius, así como en la etapa de Eduard Sallent como comisario jefe.

La marcha de López de los Mossos d'Esquadra comportará ahora que, con toda probabilidad, Trapero tenga que remodelar su cúpula para nombrar al sustituto de su comisario más fiel.