El Zamora CF se llevó los tres puntos del Reina Sofía tras derrotar al Unionistas de Salamanca CF (1-2) en un partido con dos partes bien diferencias más allá de la igualdad existente entre los dos conjuntos. En la primera mitad la precaución marcó el fútbol de ambos y apenas si se vieron ocasiones, pero en la segunda tras el tempranero primer gol rojiblanco, obra de Carlos Ramos, el partido cambió por completo y los dos mostraron mucha ambición por conseguir la victoria. Fueron los rojiblancos los que, tras el empate de los charros, vieron recompensada su ambición con un tanto de Vallejo que puso el 1-2 definitivo. La situación del Zamora CF es inmejorable, y es que el equipo, gracias a su triunfo y a los resultados de terceros, vuelve a la segunda posición y tiene el liderato a tiro si este miércoles supera al Guijuelo en el aplazado que tiene en el campo chacinero. Ayer, el Zamora CF volvió a coronarse y alcanzó la barrera de los 25 puntos que, según las cuentas, darían la permanencia. A partir de aquí solo queda seguir soñando.

Respecto al encuentro, de salida ambos onces comenzaron muy fuertes, tratando de imprimir un ritmo alto de juego y especialmente concienciados en las tareas defensivas. En los primeros compases ninguno priorizó la posesión de pelota y aunque los dos ejercieron una dura y alta presión sobre la salida del balón lo cierto es que no se sintieron muy cómodos con él en los pies, por lo que cuando lo robaban o recuperaban lo jugaban rápido y muchas de las veces de forma directa sin apenas elaborar. Así, con las fuerzas físicas intactas y sin que nadie se atreviera a tomar ni un solo riesgo los minutos fueron avanzando tediosos para el espectador, que veía limitado el espectáculo a lo táctico, a dos pizarras con guiones precavidos en los que la seguridad era lo más importante.

Delmonte cabecea el esférico en una acción del partido.

Encorsetados en los respectivos sistemas tácticos durante más de media hora nadie generó peligro alguno y baste decir que a palos no llegó ningún disparo. Los porteros apenas si tuvieron trabajo porque es que ni siquiera a pelota parada hubo demasiado inquietud para las zagas, por lo que el fútbol se redujo a una constante batalla en la zona ancha del rectángulo de juego tan infructuosa como agotadora, donde los balones divididos a ras de hierba pero especialmente aéreos no decantaban la balanza a favor de ninguna de las dos escuadras, siempre pendientes de su espalda y con poca ambición cara al gol. La mejor ocasión de todo el primer periodo llegó a poco del descanso y fue zamorana, con un buen disparo de Coque que se estrelló en el larguero defendido por Mapisa. Y la segunda reseñable, casi tan peligrosa como la anterior fue local a segundos del receso, con otro disparo de Garay desde fuera del área que sacó Mapisa de su marco con una acertada intervención.

El Zamora prácticamente no había pisado el área rival desde el pitido inicial, pero tras el paso por los vestuarios y en su primera aproximación de cierto peligro golpeó con todo y marcó un gol que marcaría el devenir del encuentro.

En el minuto seis Carlos Ramos se acomodaba el cuero desde lejos y soltaba un enorme chut imparable para un Serna que solo pudo recogerlo de su red. El Zamora se exhibía letal y encarrilaba de manera clara el resultado de un partido hasta entonces extremadamente ajustado.

Los jugadores del Zamora CF celebran el gol de Ramos, ayer. |

El tanto encajado dejó medio grogui a un Unionistas de Salamanca que sin embargo se recuperaría sin tardanza pues su oponente no apretó tras marcar e incluso cedió metros. Llegados a la hora de juego los locales ya dominaban más la pelota y se jugaba más en campo zamorano, lo que suponía un peligro más allá de que las llegadas no estaban siendo muy claras. Pero apenas superada la hora llegaba el empate, tras una buena jugada del local Íñigo Muñoz por la banda izquierda que terminó con un pase de la muerte que Jon Rojo controló y remachó con solvencia a la red. Los salmantinos igualaban y quedaba media hora para ver qué pasaba, pero en todo caso el entrenador local Hernán Pérez realizaría todos sus cambios posibles casi de seguido, dejando claras sus intenciones con respecto a lo que quedaba de juego.

Entonces David Movilla también decidió mover su banquillo y los dos equipos se transformaron en otros bien distintos, ahora muy alejados de las precauciones y claramente marcados por la ambición de conseguir el segundo gol y la victoria. Como si de otros equipos se tratara el duelo entró en una fase preciosa de idas y venidas constantes, de riesgo y llegadas a las áreas. Ambos tuvieron ocasiones para marcar, pero sería el rojiblanco Raúl Vallejo el que acertó a cinco de la conclusión y la victoria al final sería para el Zamora. Vallejo ganó muy bien la espalda a Garay y tras un gran recorte marcó. Eso sí, hasta que el colegiado pitó el final no hubo tregua y con los salmantinos volcados el Zamora bien pudo hacer un tercer gol, sobre todo en una de Coscia donde Serna se lució.

Al final un 1-2 que vuelve a poner en valor la gran temporada que está haciendo el Zamora CF. A partir de ahora tocará redirigir objetivos y centrarse en cotas más altas, ya sea la Segunda B PRO o la Segunda A, pero lo cierto es que si algo ha demostrado esta plantilla es que no tiene límites. Próxima parada, de nuevo en Salamanca, en concreto en el Municipal de Guijuelo el miércoles a las 17.00 horas.