El Real Madrid se quedó congelado ayer en su visita a El Sadar, terreno de juego de un Osasuna que supo sacar partido de las condiciones bajo las que se disputó el choque para arañar un punto ante un rival incapaz de mostrar sus virtudes sobre un terreno de juego afectado por la borrasca Filomena.

Los de Zidane no fallaron a la hora de dominar la contienda. Acumularon la posesión del balón pero apenas gozaron de alguna que otra ocasión para desequilibrar la balanza. Y es que, en la zona de tres cuartos o en área rival se mostró menos efectivo que en otras ocasiones. Tanto por el estado del césped, nada apropiado para los virtuosos, como por la sólida y bien colocada defensa de un Osasuna que cedió el balón pero impuso el guion que más le convenía para el envite.

Así, la primera mitad se fue prácticamente sin poder destacar muchas acciones cercanas al gol. De hecho, la más clara fue para el cuadro local, solventando Courtois un fallo de Lucas Vázquez a la media hora de juego.

Zidane estaba obligado a buscar variaciones en el segundo acto si quería el triunfo pero, en esta ocasión, su banquillo no aportó nada diferente. Osasuna mantuvo su solidez defensiva y apenas concedió ocasiones. Un tiro de Asensio y un gol en fuera de juego de Benzema al inicio de la reanudación fueron lo más destacado en un capítulo de ocasiones demasiado escaso como para que el Real Madrid rompiera el 0-0 ante un bloque “rojillo” que, incluso, tuvo opción en la recta final de evitar el empate y dejar a los blancos tiritando.