El 2020, a pesar de que lo cerró con una derrota por 2-0 en Sevilla, se despide como un buen año para el Villarreal, próximo rival del Zamora CF en la Copa del Rey, con el objetivo cumplido de recuperar su nivel europeo y de haber armado un equipo creciente en ambición y objetivos. Curiosamente al Villarreal le ha venido bien el contexto en el que se ha desarrollado el fútbol desde la llegada de la pandemia del coronavirus en marzo, pues en este tiempo se ha mostrado sólido a nivel económico y ha mejorado deportivamente con la llegada de un técnico como Unai Emery.

En verano, el Villarreal decidió cambiar a un entrenador como Javier Calleja, un técnico de la casa que además había logrado la clasificación del equipo a la competición europea, para dar entrada a Emery. Esta decisión ya se había adoptado antes del parón por la pandemia, pero las circunstancias de marzo paralizaron cualquier movimiento o cambio radical.

En el regreso del equipo al fútbol en junio y con Calleja todavía como entrenador, fue capaz de reaccionar y certificar una plaza en la Liga Europa. Sin embargo, la decisión de los dirigentes del club que preside Fernando Roig ya estaba tomada, por lo que, tras cerrar esa segunda parte de la temporada, el club dio el paso de cambiar de entrenador. Esa ha sido una de las variaciones destacadas del año, pues nunca el Villarreal había optado a un entrenador con un currículum como el de Emery, aunque no la única.

La pandemia dejó a muchos clubes tocados económicamente, algo que no se ha dado en el Villarreal, que mostró músculo y pudo hacer frente a fichajes destacados sin mostrar desequilibrio.

Así, el club ha sido capaz de incorporar a jugadores como Juan Fotyh, Francis Coquelin, Dani Parejo o Pervis Estupiñán, a los que suma no haber dado salida a ninguno de los jugadores de peso del equipo.

Con todo ello, el Villarreal cierra un año en el que, tras dos temporadas extrañas, ha recuperado objetivos de máximo nivel. Ahora mismo el Villarreal pelea por la cuarta plaza de la clasificación y por acercarse a estar en la Liga de Campeones el año que viene, a lo que suma el buen camino completado hasta ahora en su regreso a la Liga Europa.

En lo deportivo, este 2020 le ha permitido armar un equipo en esta recta final de año que casi se recita de memoria, con mucho peso para jugadores como Raúl Albiol, Vicente Iborra o Gerard Moreno, que son los tres más regulares del año. A ellos se debe añadir la explosión del joven defensa Pau Torres, un fijo en el equipo y en la selección.

En lo negativo, destaca la eliminación de la Copa del Rey en el arranque del año anterior ante el Mirandés, de Segunda División. A esa situación negativa, se deben añadir las lesiones de gravedad de jugadores como Alberto Moreno este verano y la de Vicente Iborra en este mes de diciembre.

El equipo amarillo ha caído esta jornada de las plazas de Liga de Campeones, una posición en la que estaba instalado desde el cuarto capítulo de la competición, tras perder ante el Sevilla, un rival directo, lo que acentúa los problemas del equipo de Unai Emery ante adversarios de la zona alta de la tabla

El equipo castellonense no ha logrado ganar en esta primera parte de temporada a ninguno de los equipos que compiten en Europa esta campaña, Real Madrid, Atlético de Madrid, Barcelona, Sevilla y Real Sociedad, a la espera de jugar con el Granada, al que no se ha enfrentado todavía. El Villarreal ha empatado con el Real Madrid en el Estadio de la Cerámica y con la Real Sociedad y el Atlético de Madrid como visitante. A lo que se suma que los dos únicos partidos que los castellonenses han perdido esta temporada han sido con el Barcelona y el Sevilla.