Ya nadie habla de crisis económica, ni de la inflación o las dificultades para encontrar empleo. Argentina es otro país. Un país que en las últimas horas reza por la vida de uno de sus iconos, por un símbolo que durante muchos años consiguió dar al pueblo lo que no pudieron hacer los gobernantes, orgullo frente al resto del mundo. 

Desde la tarde del domingo toda Argentina es un grito unánime: «¡Aguanta pibe!». La noticia del inesperado ingreso de Diego Armando Maradona, grave, en la Clínica Suizo-Argentina, ha conmocionado a un país acostumbrado a los bruscos cambios políticos, pero que hoy no reaccionan ante la posibilidad de perder al “diez” de la selección nacional. Horas antes de que saltara la noticia Diego, como le llaman los argentinos, acudió al partido que enfrentaba al que fue su equipo, Boca Juniors, contra Nueva Chicago. 

Las fotografías que reproducen todos los periódicos muestran a un Maradona obeso, con la mirada triste y aspecto cansado, que saluda a su afición desde la cancha de la Bombonera, el estadio en el que tantas veces brilló y en el que tiene reservado un palco de forma permanente. La hinchada, dicen, nada más verle, comenzó a corear su nombre: «¡Dieeeeeeeego, Dieeeeeeeego!» El “Pelusa” de nuevo saludó antes de desaparecer sin esperar siquiera a que finalizara el encuentro y conocer ese dos a cero a favor de Boca. Cuentan que luego comió asado junto a su grupo de amigos. Y se sintió indispuesto... 

Desde su hospitalización no existe otro tema de conversación de punta a punta del país. La noticia corrió como la pólvora. «¿Diego se muere?», se interrogaban algunos taxistas incrédulos. En Buenos Aires fueron muchas las personas anónimas que se acercaron hasta el hospital con pancartas de apoyo. Nadie discute que el futbolista ha sido, es y será un ídolo deportivo para Argentina. Más allá, las opiniones son dispares aunque los bonaerenses admiten que en el plano personal “Dieguito” no es un ejemplo a seguir. Por ello, dicen, en Argentina sólo existe “el futbolista”, el goleador que tantas satisfacciones ha dado a un país castigado por el devenir de la Historia. Las alusiones a las drogas y al coqueteo que el deportista ha mantenido en los últimos años con la cocaína son constantes. Sus paisanos critican el que haya tirado por la borda una prometedora carrera y un futuro cómodo como ex futbolista internacional. Pero a Diego se le perdona todo, hasta eso. 

Reportaje "Argentina grita: "Aguanta pibe"", en La Opinión de Zamora

Reportaje "Argentina grita: "Aguanta pibe"", en La Opinión de Zamora

Sólo se han alzado algunas débiles voces de ciudadanos que se atreven a cuestionar la trayectoria de Maradona como persona. «¡Que no se muera sin pagar todo lo que debe!», se pudo escuchar a una mujer en las puertas de la Clínica. «Es lo mejor que le puede pasar, que termine ya con toda esta mierda», aseguraba otro ciudadano. 

Mientras se debate entre la vida y la muerte, un camino al que se ha acercado ya en otras ocasiones, y se suceden las visitas de familiares y amigos al hospital, los argentinos repasan las hazañas de “El Pelusa”. Rememoran momentos como los que se vivieron con aquel gol frente a los ingleses en 1986 durante el primer encuentro que enfrentaba a ambas selecciones tras la Guerra de Las Malvinas. Una cuestión de honor que, cómo no, resolvió Maradona en favor de Argentina al eliminar a Inglaterra. En las calles, y sobre todo en las inmediaciones del centro hospitalario en el que permanece desde el domingo, se suceden los carteles y pancartas: «Diego, Argentina te ama», «Estamos con vos, no aflojes», «Doy mi vida por vos», «Diego, no te mueras», «¡Dios te ayude!»... En algunas emisoras de radio los tertulianos ruegan: «Recen por él. Ahora ya sólo podemos rezar...». 

Los periódicos nacionales no han escatimado esfuerzos en sus tiradas del lunes para informar de la hospitalización de Diego Armando Maradona, a quien dedican la mayor parte de su espacio. «Aguante» titula en su portada el rotativo “Olé”, el de mayor difusión dentro de la prensa especializada, con una foto de página entera a todo color en la que se ve al ex futbolista en el estadio durante el partido de Boca. «Diego lucha por su vida», ha elegido también “Diario Popular” en una impresionante primera página también con ilustración del ex futbolista. En los periódicos de información general la noticia del ingreso de Maradona en estado grave ha eclipsado otras novedades trascendentales para el país, como es el caso del proyecto de Ley con el que se pretende reducir la edad penal a los 14 años o, desde el punto de vista internacional, la retirada de las tropas españolas de Irak. 

«Dios es hoy argentino», reza una pancarta. En el país sudamericano hay un dicho popular que dice que Dios está en todas partes, «pero despacha en Buenos Aires». Allí, en la capital porteña, es donde hoy todos los argentinos esperan que llegue de nuevo esa mano divina.