El Barcelona logró sobreponerse a las adversidades, tras salir tocado del Clásico y lastrado por las bajas defensivas y, fiel a su estilo y liderado por Messi, se impuso al Juventus para colocarse líder con el pleno de puntos en el Grupo G. Un gol de Dembelé al cuarto de hora, ayudado por un rebote en Chiesa, rubricado por un penalti anotado por Messi, dejaron tocado a un Juventus gris, que vivió una nueva pesadilla sin el portugués Cristiano Ronaldo.

Intentó cambiar la historia Morata, al que fueron correctamente anulados hasta tres goles por fuera de juego, pero el triunfo fue merecido para un Barça que, de tener más pegada, habría podido sellar su primera victoria en Turín con un resultado mucho más abultado.

El Barça impuso su estilo al ritmo de Messi, que mandó en posición de tres cuartos y dirigió un festival de combinaciones y jugadas ofensivas que llevaron al límite a la zaga juventina, huérfana de De Ligt y Chiellini, y con Bonucci que se recuperó a última hora. En poco más de 120 segundos, Bonucci repelió un remate de Messi dirigido al fondo de las mallas, Pjanic avisó a Szczesny y Griezmann sacudió un poste con un potente zurdazo. Fue el primer aviso de un Barça ágil y ambicioso.