El Innova Chef firmó ayer en Logroño su segunda victoria entres jornadas, lo que le ha permitido refrendar el mejor comienzo de temporada desde que milita en LEB Plata

Trabajada y muy valiosa victoria a domicilio para un equipo zamorano que, sin ser muy regular durante el partido y pese a tener una tarde discreta en muchos apartados del juego, sí fue capaz de ponerse el mono de trabajo en defensa y derrotar de forma bastante clara al CB Clavijo. El CB Zamora supo superar las bajas de Christopher Iza y Bruno Bartolomé, a las que se sumó la de Stefanuto que lo intentó pero tuvo que sentarse muy pronto por una lesión en la espalda. Pero el resto de la plantilla supo asumir la responsabilidad hasta alcanzar esta nueva victoria que le dará una enorme tranquilidad al equipo que todavía espera dos incorporaciones más.

En el primer cuarto estuvo todo muy ajustado, porque aunque el Clavijo tuvo unas pequeñas ventajas, también hubo alternativas muy pronto como el 5-6, lo cierto es que nunca pudo conseguir una renta holgada, máxima con el 10-6 en el minuto tres.

A la conclusión 18-19 tras un final de muchas imprecisiones y pocas canastas por parte de ambos.

En el inicio del segundo cuarto, ambos equipos salieron fuertes en la presión defensiva, lo que les haría ir a la línea de tiros libres con mucha rapidez y desigual suerte. Pero la diferencia la puso el ataque del Innova Chef con un Molins en racha que, con tres canastas consecutivas, colocaba una nueva máxima zamorana, 21-27 en apenas dos minutos. Los locales tenían muchos problemas por dentro, pese a que Correia no tenía miedo a pelear con nadie, pero ahora su lanzamiento exterior sencillamente no existía y su míster Jenaro Díaz paró el partido con un tiempo muerto.

De vuelta a pista el local Lafuente fue protagonista indiscutible solucionando los problemas de anotación de los suyos, pero los zamoranos tiraban de recursos y también seguían haciendo puntos con bastante facilidad, ahora triples de Libroia o Carroll, máxima 26-37 a falta de cinco, y el duelo parecía atravesar un momento transcendental en su devenir. El local Ott redujo ansiedades y marcador con una de tres, una faceta que le estaba costando mucho a Clavijo; y eso más una nueva de un Lafuente imparable provocó el tiempo muerto del banquillo visitante de Saulo Hernández, 31-37 a falta de tres.

Pero el receso no frenó la remontada de los locales, que ahora tenían mucha moral. La salida obligada de Carroll de la pista y un afortunado triple de un De Pablo que luchó por el rebote de su primer lanzamiento, dejaban la diferencia en la mínima, 36-37 a falta de minuto y medio y nuevo tiempo de un Saulo Hernández que en este final de cuarto metió a todos sus cañoneros con el fin de solucionar el tema puntos. Sin embargo, ahora el encuentro no estaba de cara y Mendikote se la botó en el pie, Mario Álvarez perdió otra bola y como guinda llegó el triple del riojano Ott para colocar el 40-37 al descanso.

A la vuelta de los vestuarios el partido se reinició con un triple fallado por Lafuente y otro acertado por Libroia. Una igualdad que se mantuvo en los siguientes ataques por el desacierto de ambos desde todas las zonas posibles e incluso desde los tiros libres, 41-41 superado en mucho el minuto 4 y un barullo importante en la bombilla local con el gigante Mendicote al suelo por dos veces y cuarta personal para el riojano Lobo.

Sin duda era la fase más trabada y nadie era capaz de poner orden y sólo alguna penetración, Libroia y Costa con un 2+1, hicieron que el luminoso arrancara. La zona 3-2 zamorana se deshizo con un triple liberado de De Pablo, pero Costa respondió de igual manera y los empates se sucedieron, 52-52 en el último minuto. A la conclusión 56-54 y gracias porque el Clavijo falló los dos tiros libres de sendos dos más uno.

Se intuía que para el cuarto y definitivo periodo cualquier mejora en un aspecto concreto sería decisiva, y el comienzo lo confirmó porque, una vez más, los errores fueron superiores a los aciertos. Pese a que el equipo ya había fallado tres en este cuarto cuando Pol Molins y Carroll enchufaron sendos triples seguidos, el local Jenaro Díaz agotó un tiempo muerto, 56-60 a los dos minutos. Su equipo acumulaba ataques sin acierto y tampoco lo encontró en los tres siguientes de vuelta a pista. Pero el CB Zamora no andaba nada fino y la diferencia apenas aumentaba.

Al final De Pablo encestó de tres ya en el minuto cuatro pero el enfrentamiento estaba muy trabado y no había continuidad en el acierto, 61-67 pasado el ecuador del periodo.

Sin claridad en pista, Saulo Hernández paraba el juego tras un triple de Ott, pero su equipo no se destensó y, aunque mantuvo una buena actitud defensiva, repitió los errores ofensivos, 64-69 a falta de dos. Nadie era capaz de encestar. El local Lafuente sumó dos aguas seguidas, y le tocó a Jenaro Díaz usar su comodín; pero al igual que su tocayo segundos antes, de poco le sirvió porque su equipo encadenó el quinto ataque consecutivo sin canasta y por contra Libroia volvía colarse hasta el fondo, 64-71. Así, cuando a falta de cuarenta segundos Niang anotó desde el tiro libre ya no había capacidad de remontada. A la conclusión 68-73.