La española Carolina Marín admitió ayer que no está en su mejor momento personal, si bien recalcó que mira "hacia delante" con el desafío de convertirse en la mejor de la historia, fijando el segundo puesto en el Abierto de Dinamarca como un punto de partida para seguir trabajando después de siete meses sin competir por la pandemia. La onubense, tricampeona del mundo y tetracampeona de Europa, volvió a dejar alto el listón de su exigencia en el marco del Santander Talks celebrado este miércoles en Madrid. Confesó que "echaba de menos ese sentimiento de competición" y aseguró que le supo "a poco" la medalla de plata, dada su derrota en la final ante la japonesa Nozomi Okuhara. La líder del ránking anual desea, en cualquier caso, darle continuidad a la competición y es por ello que prevé participar la próxima semana en un torneo de categoría menor en Alemania para "mejorar aquellas cosas que han fallado en el último torneo". "De estos meses sin competir saco muchas lecturas de aprendizaje. He mejorado muchas fases de juego, aunque tal vez no he terminado de aplicarlas en la competición en Dinamarca”, señaló.