Desastre total en Magariños

El Quesos El Pastor protagonizó un auténtico desastre frente a un Movistar que le superó de principio a fin y que dejó muy en evidencia a un equipo naranja que tendrá que mejorar muchísimo si quiere volver a sumar victorias en esta liga. Nada funcionó este miércoles en el pabellón Magariños, ni las defensas alternantes que suele aplicar Angel Fernández, ni la facilidad anotadora que mostró el Quesos El Pastor en otros encuentros. Y tampoco terminan de entrar en juego las últimas jugadoras que han entrando en la plantilla.

El partido comenzó con ventaja para el Zamarat con una canasta de Wolf, pero pronto Estudiantes puso su ataque en manos de Nyingifa que anotaba dos canatas consecutivas para poner por delante al equipo del instituto Ramiro de Maetzu. En el equipo naranja nada funcionaba: Berezhynska fallaba un pase, Brokke Salas perdía el balón y la norteamericana Carter le robaba el balón a Lizarazu. Fueron las causas del parcial de 9-0 que consiguió el equipo madrileo para distanciarse a 9-2.

Ángel Fernández ordenó comenzar a alternar defensas y el Quesos El Pastor consiguió unos minutos en los que el partido se mantuvo igualado con ligeras ventajas para el Estudiantes. Marina Lizarazu dejó su puesto de base a Alejandra Quirante y el Zamarat se vino abajo para cerrar el primer cuarto con diez puntos de desventaja (26-16) tras un triple de Amy Okonkwo.

Ese triple fue la última canasta que anotarían las zamoranas en los seis minutos siguientes, en los que su rival casi dejó sentenciado el partido con un parcial de 17-0 fruto de un gran acierto en el lanzamiento exterior y en el balance ofensivo. Estudiantes se puso 24 arriba mediado el segundo cuarto y el Zamarat siguió dependiendo en exceso de Valeria Berezhynska, mientras Brooke Salas, Marta Montoliú y Amy Okonkwo seguían sin aparecer al nivel de que son capaces.

Ángel Fernández siguió alternando defensas individuales y en zona, pero el 49-29 del descanso hablaba a las claras de lo poco y mal que habían defendido las naranjas, y de la falta de acierto, no tanto en el lanzamiento, sino sobre todo, en la circulación del balón.

Fue una grata noticia la canasta que anotaba Brooke Salas nada más iniciarse la segunda parte, pero se quedó en un mero espejismo porque las cosas no cambiaron en nada sobre el parquet de la mítica cancha de Magariños donde ya sabía lo que era ganar el Zamarat.

Abbie Wolf cometía dos faltas personales seguidas y daba pie para que el Estudiantes siguiera a lo suyo, con un juego muy rico en ataque y sin problemas en defensa ante un rival que seguía sin acertar y sin ninguna organización en sus ofensivas.

Y así llegaba un nuevo parcial, esta vez de 11/0. Berezhynska seguía siendo la única zamorana que acertaba de cuando en cuando y el marcador se iba a 64-35 a mitad del tercer cuarto, justo cuando el técnico del Estudiantes, Alberto Ortego, comenzaba a dar minutos a sus juniors..

El partido estaba sentenciado y restaban todavía muchos minutos por delante por jugar. Movistar llegaba a los 70 puntos antes de que acabase el tercer cuarto, y el Zamarat intentaba alcanzar los 40 todavía., unas cifras que hablan a las claras de cómo se estaba desarrollando el encuentro.

Y con 76-41 se llegaba al cuarto último pero no definitivo porque la sentencia estaba ya dictada. Ortego siguió dando minutos a todas sus jugadoras y en el bando zamorano, los brazos caídos eran la actitud predominante. Estudiantes seguía presionando a toda pista y el marcador zamorano se quedaba ahora frenado en los 41 puntos durante más de cinco minutos.

Y las madrileñas llegaban a los 50 puntos de ventaja (91-41) a falta de 4 minutos todavía para el final al que se llegó con un vergonzante 97-51.