No pudo ser, aunque se tuvo cerca. El Quesos El Pastor cayó ayer ante Araski en un gran encuentro del equipo zamorano, que dominó durante muchos minutos y en el que superó en muchas facetas a su rival (68-63). Fue una actuación muy coral de las de Ángel Fernández que demostraron que tienen mucho que apostar en una competición a la que le están cogiendo la medida, a pesar de que ayer regresaron sin premio.

Tras un inicio algo dubitativo, en el que los nervios pasaron algo de factura, lo cierto es que el CD Zamarat saltó a por todas a una cancha complicada. Lejos de amilanarse ante los nombres que componen la plantilla de Araski, las naranjas trataron de sacar renta de un juego muy físico con el que frenar a sus rivales. El objetivo no era fácil y las locales lograron unas primeras rentas que parecían poner todo cuesta arriba (10-2 min.2), pero las de Ángel Fernández supieron reaccionar. Con un juego colectivo y haciendo gala de un magnífico acierto desde la línea de tres las zamoranas fueron recortando distancias, con Marina Lizarazu como maestra de ceremonias. Una de las claves fue saber romper el juego interior de las vascas que se vieron sorprendidas por el ímpetu del Quesos El Pastor que logró cerrar el primer tramo con un prometedor 24-23 en el electrónico gracias a una postrera canasta de Quirante.

El segundo parcial fue absolutamente inmejorable para la plantilla zamorana. Las pupilas de Ángel Fernández supieron “secar” a las anfitrionas y con un parcial de inicio de 0-8 dieron la vuelta al marcador (24-31), y es que el acierto estaba siento total en todos los aspectos de juego. Fue ahí cuando el banquillo local pidió tiempo muerto para reajustar su juego y lo cierto es que la premisa funcionó a las vascas. A partir de ahí se vieron los minutos más igualados hasta el momento, aunque el Zamarat no cedió ventaja y siguió mandando en el marcador. Okonkwo y Wolf lideraban la anotación del Zamarat con diez tantos cada una, pero hasta el momento el reparto de protagonismo estaba siendo total y, lo mejor, es que daba resultados ante un rival muy potente y con nombres muy destacados en el panorama nacional e internacional. Al final, un 35-41 que, desde luego, no era definitivo, pero dejaba claro la actitud con la que el Quesos El Pastor había llegado al encuentro.

Las locales salieron enchufadas e impusieron un ritmo muy alto en su pabellón y recortaban distancias. El Zamarat aguantaba el envite. Atentas al rebote, las de Ángel Fernández trataban de evitar errores que pudieran dar al traste con todo el trabajo realizado hasta el momento. El desgaste realizado hasta el momento empezaba a pasar factura. El Araski quería recuperar el control y al final, la estrella de las locales Anna Cruz, ponía el empate a 47 desde la línea de tres cuando quedaban aún 15 minutos de partido para que poco después Araski volviera a ponerse por delante.

Las locales incrementaron su presión sobre las visitantes que resistían las embestidas para llegar al último parcial dos arriba, 48-50.

El último parcial fue una verdadera locura y un nuevo partido dentro del encuentro. Ninguno de los dos equipos conseguía poner distancia y, una y otra vez, la igualada se ponía en el marcador. El juego subió de revoluciones y los fallos en ataque empezaban a multiplicarse en ambos equipos que desaprovecharon multitud de ocasiones para alejarse. Con un 63-60 se llegó al último minuto. Fue ahí cuando apareció la figura de la campeona de la WNBA, Anna Cruz que amplió distancias con un triple que fue definitivo (66-60). De ahí la final, y aunque lo vio difícil, el Zamarat no tiró la toalla y luchó, aunque no pudo conseguir un triunfo que se mereció durante muchos minutos. De hecho, el resultado no refleja lo ocurrido en pista, 68-63.