La situación se recrudece, y mucho, en el balonmano nacional tras adoptar el Comité Nacional de Competición unos nuevos criterios para el aplazamiento de partidos por COVID-19. Un cambio de guion para las principales competiciones españoles de este deporte que, sin duda, dará mucho de que hablar en una campaña ya alterada por el virus.

Si la salud de los jugadores y evitar la propagación del COVID-19 llevó a suspender la competición el pasado mes de marzo, ahora con más casos el ente federativo pone en marcha un nuevo escenario que dificultará a los clubes poder mover las fechas de un ya cargado calendario en función de sus necesidades.

Así, se desprende del texto aprobado el pasado jueves en el que se indica que ningún club podrá solicitar aplazamiento alguno de sus partidos si no cuenta en su plantilla con seis o más casos positivos de coronavirus. Sólo el Comité de Competición estará facultado para aplazar partidos por esta causa y lo hará en función del número de casos notificados por los clubes, tras recibir el pertinente informe médico. Eso sí, si el equipo debe estar confinado a causa de un positivo en la plantilla, el partido sí podría aplazarse, aunque siempre que la fecha del encuentro se encuentre a menos de siete días de la fecha de finalización de la cuarentena, teniendo que recuperarse entre semana a la mayor brevedad posible.