Hay equipos que necesitan que un partido de fútbol se resuelva mediante la táctica de la línea de frente, la misma que utilizaban los barcos de guerra en el siglo XVIII. El Bayern de Múnich, por ejemplo, combate como una unidad en la cual cada futbolista descarga su andanada uno tras otro de forma impecable e implacable, rígida y disciplinada. Otros equipos, sin embargo, prefieren la táctica de la refriega, esa que hizo famosa el almirante británico Nelson y que, como explica el historiador John A. Lynn, convertía una acción de la flota en una serie de luchas de un barco contra otro mediante la ruptura de la formación del enemigo, sacrificando el orden y confiando en la destreza e iniciativa de cada uno de sus capitanes. ¿Estamos hablando del Barça de Koeman, quizás? De momento, no. Pero podría ser. ¿El Liverpool de Klopp, tal vez? Psssssssé. No nos vengamos arriba. La táctica de la línea de frente tiene truco.

Como apunta Lynn, la táctica de la refriega, que llevó a la flota de Nelson a su gran éxito en Trafalgar, solo funciona en el caso de que la flota cuente con los mejores capitanes y tripulaciones. A finales del siglo XVIII, los británicos aventajaban a sus rivales continentales por la calidad de sus capitanes y tripulaciones, de modo que para vencer no necesitaban mucho más que la oportunidad de enfrentarse con sus adversarios. ¿Qué necesita el Liverpool de Mané, Salah y compañía para ganar un partido de la Premier League? Que haya partido. La calidad del capitán-entrenador del Liverpool solo es comparable con la calidad de la tripulación que forma la flota de Anfield. Así cualquiera. ¿O no? ¿Es suficiente contar con los mejores capitanes y tripulaciones para ganar un campeonato? En el caos de una refriega, los mejores barcos y tripulaciones tienen muchas posibilidades de ganar la batalla. La única manera de resistir el empuje de la flota de un Nelson o de un Klopp es no caer en su trampa y limitarse a responder a la táctica de la refriega con la táctica de la línea de frente. Así sufrió tanto el Barça la pasada temporada. Así fue destruido por el Bayern en la Liga de Campeones. Así terminó diluyéndose hasta desaparecer en el tramo final de Liga.

Puede que esta temporada podamos ver un enfrentamiento entre el Liverpool y el Bayern en la Liga de Campeones, y parece claro que la táctica de la refriega del Liverpool le alcanzará para ganar de nuevo la Premier League y la táctica de la línea de frente será suficiente para que el Bayern gane la Bundesliga sin sufrir demasiado. Pero lo importante es que tanto el Liverpool como el Bayern cuentan con los mejores capitanes, tripulaciones, armas y barcos. ¿Qué ha pasado con el Real Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid y el Valencia? Hablemos de tácticas, sí, pero habría que hablar primero de capitanes, tripulaciones, armas y barcos. ¿Y el Sevilla? ¿Podrá el Sevilla ser alguien en la Liga y dejar su sello en la Liga de Campeones, abandonando su “zona de confort” en la Liga Europa? Tengo mis dudas. Ahora que la Liga vuelve a ser la Liga, con la vuelta al campeonato de los grandes, puede que nos encontremos con que la Liga española no es la mejor del mundo porque, de repente, nos hemos dado cuenta de que las tácticas funcionan cuando se tienen los mejores capitanes, tripulantes, armas y barcos. ¿Tienen todo eso el Real Madrid o el Barça? ¿Habría vencido Nelson en Trafalgar con un Messi triste, un Coutinho metafísico, un Benzema seco o un Hazard desdibujado paseándose arriba y abajo en un barco de guerra? ¿Podría Nelson ganar la Liga de Campeones con el Madrid o el Barça?