Barcelona,Leo Messi medita; el Barça, espera. Medita, pero quiere irse, sigue pensando en irse del Barça. De hecho, ya se ha ido porque no se presentó ni a las pruebas PCR ni a los tres primeros entrenamientos del Barça de Koeman. Medita después de reunirse ayer con Jorge Messi, su padre, quien le trasladó la firme voluntad del presidente Josep Maria Bartomeu de no venderlo bajo ningún concepto, con la amenaza incluso de acudir a los tribunales. Ese peligro asusta a los posibles compradores, sobre todo el City. Además, fue el jugador quien se puso en contacto con Guardiola, no al revés.

Cuando aterrizó Jorge Messi en el aeropuerto del Prat, en un vuelo privado procedente de Rosario, aseguró que veía «difícil» que su hijo se quedara en el Camp Nou. Dijo difícil, pero no imposible. Tras reunirse con sus asesores legales, el padre del jugador tuvo una cita en las instalaciones del Barça con Bartomeu, Javier Bordas, responsable del área deportiva de la junta. Pero Jorge Messi no acudió solo a esa cita, que se desarrolló, según fuentes del club, en «un clima de cordialidad» . El Barça no se desprendía de Messi. Y Messi se ajustaba al burofax para liquidar su relación con el club, que siempre ha querido que fuera amistosa. Iba Jorge Rodrigo Messi, uno de sus hijos, y Jorge Pecourt, el abogado de Cuatrecases, el bufete que asesora a la familia de Leo. El mismo bufete que también trabajaba para el Barça, despedido de manera fulminante por Bartomeu al enterarse que diseñó el entramado de la salida del astro. El Barcelona, en cambio, se presentó sin ningún asesor legal. Eran Bartomeu y Bordas, escenificando ambos que era un problema deportivo y no de carácter jurídico el que discutían en esa decisiva charla de casi dos horas.

Ayer se celebraron otro par de importantes citas. Pero ninguna tan clave como la visita de Jorge Messi a la casa de su hijo en Castelldefels. La cumbre para decidir el nuevo paso ya con toda la información en la mano (la intransigente postura de Bartomeu y el plan legal concretado), después de que Messi pasara la mañana jugando a pádel con Luis Suárez, cazados por las cámaras de televisión

Poco más de una hora y media de cónclave entre hijo y padre. O, en realidad, entre estrella y agente para ultimar la respuesta a la actitud de Bartomeu, de quien el jugador sigue considerando que ha incumplido su promesa de dejarlo salir libre cuando se lo pidiera. El futbolista se lo dijo en privado, se lo pidió con un burofax, y nada. Así se lo reservó hacer en 2017 en el último contrato que firmó con el dirigente, con esa puerta de salida abierta. Pero Bartomeu no desea pasar a la historia como el presidente que vio marchar a Messi. Como le ocurrió tres años antes con Neymar, el prólogo de todo este culebrón.