Rutas del Vino: Guarido, Nicolás Samudio (2), David Gallego (1), Guille (2), Andrés Pérez (3), Nacho López (7), Cubillas (4) -equipo inicial- Luis Posado, Alberto de la Fuente (1), Antonio Sánchez (-), Horcajada (1), Jaime González (3), Marcos Páez (1), Fernando (-).

Base Oviedo: Alvaro Campo, David Ortega (2), Daniel Toldos (1), Daniel Sedano (3), Francesco Aragona (4), Maxi Esteban (3), Ignacio Huerta (5) -equipo inicial- Cristian Macías (-), Juan Echevarría (1), César Sánchez (3), Rubén Menéndez (5), Ignacio Alvarez (-), Magnol Suárez, Ricardo Díez (-), Raúl Echevarría (-), Jairo Pérez (2).

Parciales cada cinco minutos:

3-1, 6-5, 9-8, 11-9, 11-11, 12-14

16-17, 17-19, 19-20, 22-24, 24-26, 26-28

Arbitros: Cristian da Silva y Tomás García.

Incidencias: Primer partido de la era postcovid celebrado en el Pabellón Angel Nieto ante unas 300 personas.

El Rutas del Vino no tuvo un buen debut en su nueva temporada y demostró que Ricargo Margareto tiene que trabajar todavía mucho para conjuntar una plantilla que, a nivel individual, parece adecuada para afrontar con garantías una nueva campaña en División de Plata, pero ayer fue superada claramente por un rival que echó mano de la experiencia de sus jugadores y de una mayor eficacia en su juego.

Este Rutas del Vino pecó ayer de excesiva lentitud en la circulación del balón, el trabajo defensivo necesita mucha más organización y tampoco parece que la mayoría de los jugadores sean conscientes de la función que van a realizar en el equipo esta temporada.

Desde el inicio, Richi Margareto afrontó el partido con la intención de ver en juego durante el mayor tiempo posible a todos sus jugadores, teniendo en cuenta además que la plantilla pistacho se ha modificado bastante esta temporada. Por su parte, el Oviedo se mostró desde el principio muy conjuntado y demostró que pese a ser un equipo de inferior categoría, iba a plantarle cara en todo momento. Y así fue.

El Rutas del Vino comenzó llevando la iniciativa en el marcador pero sus ventajas no superaban los dos goles. Bien dirigido por Andrés Pérez y Marcos Páez    en el puesto de central, el equipo se sustentó en el poderío físico que le han dado los argentinos Nacho lópez y Nicolás Samudio, junto a la seguridad de Guarido en la portería. 

La primera parte del encuentro discurría con relativa comodidad para los pistacho pese a que su rival se mantenía siempre muy cerca, pero la concentración de los ovetenses les permitió forzar la primera igualada (11-11) en el minuto 23 y ahí se terminó la comodidad para el Balonmano Zamora. Jairo y Menéndez hicieron saltar las alarmas con sendos goles para poner un inquietante 11-13. El Rutas del Vino se mantuvo ocho minutos sin marcar y tan sólo un tanto de Samudio les permitió irse al descanso con 12-14.

Al comienzo de la segunda parte, pareció que iba a producirse la reacción del equipo de Plata cuando Andrés hacía un doblete para poner el empate a 16, y poco después era un magnífico Nacho López el que hacía posible el 17-17. Pero el Oviedo no mostraba muestras de flaqueza y se mantenía con sus ataques ordenados y una gran intensidad defensiva pese a que los minutos avanzaban inapelables y parecían acusarlo más los de Plata que los de Primera División. Cubillas necesitaba fallar un penalti y un tiro desde su extremo para marcar el 19-20 que abría otra ventana a la esperanza zamorana.

Richi Margareto solicitó un tiempo muerto tras el que el Rutas del Vino volvió a acercarse con 22-23 anotado por el joven David Gallego,pero los asturianos respondieron con dos nuevos goles. Luis Posado paraba un penalti a la desesperada y Margareto solicitaba otro tiempo muerto a falta de tres minutos para el final, pero ya nada pudieron hacer los zamoranos que dejaban irse vivo al Base Oviedo con un 26-28 para abrir la pretemporada.