El dos veces campeón del mundo de la Fórmula 1 y vencedor de las 24 horas de Le Mans, Fernando Alonso, tendrá que esperar para poder completar su “Triple Corona” ya que quedó muy lejos de poder alzarse como ganador de la última edición de las 500 Millas de Indianápolis. Una carrera en la que el asturiano finalizó en 21ª posición de una lista de 33 coches que acabó encabezada por el japonés Takuma Sato.

Tenía pocas papeletas el español para hacerse con el triunfo en la cita del motor en Indiana ya que, tras una clasificación discreta en la que careció de fortuna y quedó patente la inferioridad de su vehículo, partía en la 26ª posición de una parrilla con grandes nombres y mejores coches por delante.

Pese a todo, Alonso no tiró la toalla en su intento por cerrar el círculo del éxito automovilismo mundial y puso toda la carne en el asador desde el comienzo, recuperando cinco posiciones desde la línea de salida.

Aun así, toda su destreza no sirvió para hacer competitivo el Chevrolet Número 66 Ruoff Arrow McLaren SP. Eso sí, su pericia al volante le permitió forma parte de los mejores coches durante el transcurso de la carrera considera como el mayor espectáculo del automovilismo en Estados Unidos, evitando además cualquier accidente.

No tuvo tanta suerte, sin embargo, el joven español Alex Palou, debutante en esta carrera con 23 años que, cuando se encontraba noveno en el giro 121, chocó a la entrada de una curva con su Honda Número 55 con el equipo Goh, y tuvo que abandonar, siendo una auténtica lástima ya que tenía opciones de luchar por más.