Tocamos el timbre y una voz tímida se intuye a lo lejos, “pasa para dentro, como si estuvieses en tu casa”. Esa misma amabilidad se refleja en su mirada. Sale con su periódico en mano y se acomoda en una silla del patio exterior. “Siéntate” nos dice, como si supiera quién es la persona que se esconde detrás de la mascarilla. Con Jesús uno se puede sentar a hablar durante horas, tiene anécdotas de todo tipo. La pasión con la que cuenta su pasado te hace partícipe de él.

Maestro jubilado, comenzó su andadura por Ribadelago. Explica como compraba de su propio bolsillo balones y material deportivo para que los niños pudiesen disfrutar. Los medios por aquella época eran muy escasos, “los chavales jugaban en el campo o en la calle como podían, yo solo les puse el material”. De la localidad sanabresa pasó a Villaescusa, donde la precariedad en equipamiento era similar a su experiencia anterior, para, por último, llegar a Fuentesaúco donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional como docente.

Don Jesús, como lo conoce la mayoría de sus allegados, aterriza en Fuentesaúco en el año 1971. Recuerda aquellos primeros años “con unas necesidades terribles porque no había nada” una vez más la necesidad de medios se hacía patente, explica también como gracias a su empeño personal, se logró construir unas porterías de balonmano, con las que le permitió desarrollar poco a poco la actividad deportiva.

Su profesión como maestro, dice, le ha ayudado a posteriori en su faceta como entrenador y donde su mayor formación se lo ha dado el tiempo “una cosa es lo que yo era y otra lo que logré”. En aquella época lograron desarrollar proyectos como la construcción de un foso de salto o la pista de Balonmano. Para él, enseñanza y deporte siempre han ido unidos y, a la larga, esos planes dieron sus frutos “veías como los chavales competían a un nivel altísimo y también como mejoraban académicamente”. Uno de sus recuerdos más preciados es cuando lograron competir como escuela en un campeonato de España, logrando queda terceros en su debut nacional. “Los otros entrenadores venían a que les explicase como con solo 20 fichas llevaba un equipo de pueblo y los ganábamos, yo les hablaba de sacrificio” explica Don Jesús entre risas, y con la cara de quien añora esos momentos.

Un proyecto escolar

La Escuela de Atletismo de Fuentesaúco nace del propio colegio y era un proyecto que nadie del que nadie podía sospechar que saliese bien, aunque la esperanza estuviese puesta por parte de todos. Los éxitos individuales y grupales en los campeonatos llamaron la atención de todos los niños y niñas y el resultado fue un proyecto fuerte y estructurado, pero con su limitaciones, sobre todo en material, como cuenta Jesús entre risas “medios no había ninguno, la primera compra que hicimos fueron cinco pares de botas de tacos, de tal manera que cuando uno acaba de correr, el otro le estaba esperando en la meta para cambiárselas”.

Tiempo que ha quedado atrás y ahora otros deportes son el principal atractivo para los niños y niñas. La situación del atletismo en Fuentesaúco es difícil, atrás queda su época dorada cuando se reunían 80 niños para ir a competir por la región y Jesús afronta la situación con verdadera tristeza, de cómo se ha ido perdiendo la afición a este deporte. El futuro pasa por saber cómo darle continuidad a la escuela una vez se retire como entrenador.

El fuera director del Colegio de Educación Infantil de Fuentesaúco se ha sentido en muchos momentos maestro de vida, ha vivido los momentos clave en el crecimiento de los más jóvenes y ha sido un apoyo más en sus problemas diarios y entiende su desempeño como una forma de vida.

La pandemia mundial ha paralizado todo y el atletismo no es menos. De cara a la próxima temporada hay un desconocimiento enorme sobre los protocolos y cuándo se retomará la competición. De un día para otro se paralizaron los entrenamientos y las competiciones. Ahora están en tierra de nadie, donde los grandes perjudicados son los niños.

Aun así, dice “hay Don Jesús para rato” mientras esboza una sonrisa. “A mí me sigue apasionando este deporte y mientras la edad me lo permita voy a seguir entrenando”. A sus 79 años se limita a continuar la tarea que realizaba desde sus inicios hasta que el cuerpo aguante.

A todos los sitios donde vayas y se respire deporte, seguro que se conoce la figura de Don Jesús. Figura de esfuerzo, sacrificio y empeño por a llevar a Fuentesaúco a lo más alto.