"La vuelta a la competición tras cuatro meses de parón ha sido feliz pero dura y difícil, pero sí que ha sido todo un éxito organizativo y felicitamos por ello a la organización C. D. C Zamora y le agradecemos el esfuerzo realizado". De esta forma, el equipo Bicicletas Rodríguez Extremadura reconocía el resultado final de la "Vuelta a Zamora del Covid" que finalizó ayer en Viñas de Aliste dejando muy alto el nivel competitivo que ha permitido consagrar a dos grandes promesas del ciclismo español como son Josu Etxeberría (Caja Rural), que se llevó la etapa reina y la general final, y Raúl García que sorprendió a todos para imponerse en la jornada de ayer y subir al podio en el tercer peldaño con sólo 18 años.

Zamora está siendo el centro de atención del ciclismo nacional durante esta semana porque la Vuelta a Zamora fue la primera que se puso en marcha en la "era postcorona virus", y el resultado final hará que el prestigio de las carreras zamoranas, que continuarán hoy con el díptico de los trofeos Ayuntamiento de Zamora y San José, se incremente de nuevo, lo que debe de reflejarse en la recuperación de las escuelas de formación en nuestra provincia que actualmente se encuentra bajo mínimos y, de hecho, tras Jorge Bueno, la lista de buenos corredores zamoranos no tiene visos de incrementarse a corto plazo.

Ha sido una Vuelta a Zamora en la que las jóvenes promesas se han revelado por fin y esta vez los grandes protagonistas han sido los sub 23, relegando un tanto a los veteranos Elite que solían controlar la carrera en años pasados. Ya en 2019 los jóvenes comenzaron a tomar el poder pero en esta edición, ya el primer día destacaban Xabier Azparren y Raúl García; en la segunda Alex Ruiz ganaba el sprint de Roales; y en la tercera llegaba la gran exhibición de Josu Etxeberría en la etapa de Sanabria que prolongó ayer en la jornada final defendiendo de forma brillantísima su liderato, mientras Raúl García, un año más joven que el navarro del Caja Rural, derrotaba a corredores superconsagrados de esta categoría en la ascensión final a Viñas.

Son nombres que habrá que recordar porque en muy poco tiempo estarán destacando en el campo profesional como ha ocurrido con las últimas grandes promesas que han destacado en Zamora.

Si la victoria de Sanabria de Etxeberría mereció calificarse de épica, no menos lo fue ayer su defensa del maillot amarillo. Porque todo se le puso en contra al joven corredor de 19 años natural de Iturmendi (Navarra), cuando cometía un error con el cambio en la primera ascensión de la jornada al puerto de Palazuelo de las Cuevas. El pelotón no tuvo piedad y decidió no respetar el "fair play" para lanzar el primer ataque furibundo contra el navarro.

Se producía entonces una escapada de 25 corredores que llegó a distanciarse a cerca de un minuto, pero el Caja Rural parecía tenerlo todo controlado porque en el paquete se metían Ballesteros y Carlos García, hermano del que sería ganador de la etapa y a su vez ambos hijos del exciclista profesional Félix García Casas. De hecho, el pequeño de los hermanos García recibía órdenes de su coche para que se quedase a ayudar al líder en el grupo perseguidor.

La larga recta previa al segundo paso por Mahíde fue una buena oportunidad para que se formase abanicos, pero la ruptura se mantuvo hasta el puerto de Nuez y en sus primeras rampas, Etxeberría salía airoso del primer ataque que había recibido en la jornada aunque Ballesteros seguía muy pendiente de su compañero en la dura ascensión en la que el Lizarte, que trabajaba para Jordi López, volvió a probar al líder.

Una nueva escaramuza se producía camino de Tola y era de nuevo Miguel Angel Ballesteros el que se metía a entorpecer la escapada en la que entraba un hombre fuerte como era Mauricio Moreira pero la aventura duró poco.

Tras el reagrupamiento y al paso por San Vitero, el pelotón principal volvía a romperse en dos y esta vez el Caja Rural respondía con Raúl García que también se venía obligado a bajarse al pelotón secundario para echarle una mano a su líder. Por delante se habían situado el tercer clasificado, Samuel Blanco (Fraoiz a 1´07); el sexto, Eugenio Sánchez (Lizarte a 1´21) y Mediero (Valverde a 1´32). La carrera discurría a un ritmo endiablado, con 44 kilómetros por hora.

La ventaja de los fugados llegó a 37 segundos en el paso por el puerto de Vega de Nuez, con Etxeberría sufriendo en puestos algo retrasados. Lizarte lanzaba por delante a Iván Cobo, Raúl García y a Sinué Fernández que pasaba segundo por el alto. El trabajo del Caja Rural lo pagó primero Ballesteros que se quedó en la subida a Viñas y el líder se quedaba solo con Carlos García.

Arturo Gravalos (Kometa), que ya fue segundo en la etapa alistana en 2019, comenzó a dejarse ver a 20 kilómetros de meta, pero el grupo no le permitio adquirir más de medio minuto de renta. Diez kilómetros después se formaba un paquete de diez corredores en el que se mantenía Grávalos y entraba Moreira, pero ambos se cayeron poco después.

Ya estaban bien situados tanto el gallego Samuel Blanco como Raúl García al comienzo de la última ascensión con final en la meta de Viñas, y fue el madrileño el que logró imponer su punta de velocidad en los últimos metros para aquirir una mínima ventaja en la meta sobre Roberto Mediero y Samuel Blanco.

Los que disputaban la clasificación general llegaron a medio minuto u Josu Etxeberría respondió con sus últimas fuerzas para ceder tan solo medio minuto sobre Blanco y García y asegurar así el maillot amarillo final de una gran Vuelta a Zamora.