El baloncesto femenino saldrá tarde -los chicos ya han regresado- y mal del coronarirus. El primer deporte femenino español parece estar condenado a seguir las directrices que le quiere marcar la Federación Española y que le siguen vinculando al basket masculino, pero lo más preocupante para nosotros es que esta tendencia terminará por arruinar el gran logro que ha supuesto que Zamora cuente con un equipo en la máxima categoría desde hace una década.

La FEB de Garbajosa está empeñada en potenciar que los equipos de la élite del basket femenino se vinculen a los grandes clubes masculinos españoles. Este objetivo se está cumpliendo con el floreciente estado del Valencia Basket, que ya es uno de los grandes; con el respaldo que ha recibido el Movistar Estudiantes ascendiendo casi por decreto a la Liga Endesa, y con el floreciente estado de Unicaja y Barcelona que sólo necesitan de un pequeño empujón de sus respectivos clubes para alcanzar la máxima categoría. Un paso más se ha dado hace solo unos días en Zaragoza, donde la retirada de uno de los patrocinadores más veteranos del basket español como era Mann Filter, ha propiciado que el equipo de ACB maño, el Casademont, se haya hecho con una plaza en la Liga Endesa femenina, mientras el antiguo Stadium Casablanca que había logrado la permanencia le cede su puesto y se conforma con salir en LF2 en la próxima campaña.

Esta tendencia permitirá que los equipos vinculados a un club ACB no pasen apuros económicos, pero también garantizará que nunca llegarán a situarse a la altura de sus conjuntos masculinos. Las chicas siempre se mantendrán en un segundo plano, y será imposible lo que ocurre con Perfumerías Avenida, Bembibre o Zamora, ciudades en las que el basket femenino se codea con el masculino e incluso supera a otros deportes de masas como puede ser el fútbol. Además, en cuanto las cosas vengan mal dadas para la ACB, de donde primero se recortará será de las chicas, claro.

La LF ha sido durante mucho tiempo la vía de escape para que el deporte femenino adquiera un protagonismo en localidades o provincias donde no sufre la competencia del masculino, y esta política de vinculación a la ACB le condena a que nunca alcance ese protagonismo que se merece.

Pero el futuro de la LF no sólo se sustenta en esta clara tendencia de someterse al basket masculino de ACB, sino también en la intervención directa de los poderes públicos para potenciar esta competición, una situación en la que salen claramente perjudicados los equipos de Castilla y León que sufren el olvido del organismo autonómico desde hace mucho tiempo. Resulta evidente el apoyo que recibe de la Generalitat el Uni Girona, pero sobre todo el respaldo institucional se manifiesta en los tres equipos vascos de la máxima categoría que reciben año tras año la ayuda de empresas vinculadas al organismo autonómio vasco: el último ha llegado con el patrocinio que acaba de anunciar Caixabank al Ibaeta donostiarra, que se une al de Lointeck en Gernika o al de Araski en Vitoria. Algo similar ocurría hasta ahora en Extremadura con el AlQazeres que hasta el momento no está dando señales de vida respecto a la próxima campaña y tiene muy complicado poder salir un año más en Liga Femenina tras perder a su principal patrocinador privado.

Ante esta situación, ¿qué futuro le espera a los clubes de Castilla y León?. De forma milagrosa, Perfumerías Avenida, con sus fondos propios, ha logrado superar el coronavirus con una plantilla que seguirá aspirando a todo pese a la crisis económica que ha sufrido la empresa salmantina; Bembibre tendrá que seguir sufriendo en la cola de la clasificación con los recursos que le pueda aportar un ayuntamiento tan humilde como es el berciano; y el Zamarat seguirá sacándole partido a esa financiación compartida con una empresa quesera en alza y con nuestra Caja Rural; con un grupo de pequeños patrocinadores que volverán a realizar un enorme esfuerzo para apoyar al deporte zamorano y con un respaldo institucional en descenso por la crisis. Un verdadero milagro el del club naranja que ahora se ha echado a sus espaldas la carga del club Virgen de la Concha, una carga que no está nada claro qué beneficio le aportará.