El principal objetivo que se había marcado Daniel Abad para esta temporada era lograr una plaza para el Europeo o para el Mundial de distancias no olímpicas, una vez descartadas las opciones para ir a los Juegos Olímpicos, "dos citas que nos permitirían seguir luchando y poder estar más adelante de cara a años venideros poder optar a las Olimpiadas", añadió el palista zamorano quien había puesto su objetivo en el K1 200 "pero también había opciones en el K2 o K4" pero todo estaba en el aire cuando se produjo la llegada del coronavirus.

Durante estos primeros días en el agua, Daniel y Marcos Abad siguen las indicaciones de su entrenador, Miguel García, seleccionador nacional de pista, que también dirige a Craviotto, Cooper o Arévalo, para que cada uno trabaje desde su casa: "Se preocupa muchísimo, nos llama cada poco, nos pide que le mandemos las sensaciones de cada día, nos pide vídeos entrenando?".

Durante este tiempo, ha mantenido contacto con sus compañeros de la Selección: "Comentamos lo que vamos haciendo día a día porque es gente con la que convives mucho tiempo y creas un gran vínculo aunque seamos contrincantes en el fondo".

Afortunadamente, al entrenar en un K1, sus posibilidades de contagio son mínimas: "Siempre voy solo por el río, además en Villaralbo casi no hay piragüistas, puedo ir kilómetros y kilómetros río arriba sin cruzarme con nadie. Pero entiendo que hay que cumplir la cuarentena como Dios manda".

Físicamente, Daniel Abad ha perdido "menos de lo que pensaba, pero el primer día que monté en la piragua, con esta corriente tan fuerte, la sensación fue muy mala, me tambaleaba para todos los lados, pensaba que me iba a caer, aunque a los dos o tres días, ya volvió la normalidad. Desde luego, noto que me falta fondo porque no he podido hacer mucho cardio en casa", añadió.

Los hermanos Abad no son los únicos palistas de alto nivel que entrenan como pueden en Zamora estos días pues también están en esta situación, Carlos Garrote, Eva Barrios o Emilio Merchán.